Y sucedió que, puesto ya el sol, hubo densas tinieblas, y he aquí un horno que humeaba, y una antorcha de fuego que pasaba entre los animales divididos.
Éxodo 20:18 - Biblia Version Moderna (1929) ¶Y todo el pueblo estaba observando los truenos, y las llamas, y el sonido de la trompeta, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron y pusiéronse de lejos; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando los israelitas oyeron los truenos y el toque fuerte del cuerno de carnero y vieron los destellos de relámpagos y el humo que salía del monte, se mantuvieron a distancia, temblando de miedo. Biblia Católica (Latinoamericana) Mientras tanto, todo el pueblo estaba mirando: todo era truenos, relámpagos y sonido de trompeta en el cerro que humeaba. Al verlo el pueblo temblaba de miedo, y se mantenían a distancia. La Biblia Textual 3a Edicion Y todo el pueblo contemplaba los truenos y los relámpagos, y el sonido del shofar, y el monte que humeaba. Y viéndolo el pueblo, se estremecieron y se mantuvieron lejos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido del cuerno y la montaña humeante; y viendo todo esto, el pueblo estaba atemorizado y se mantenía a distancia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Todo el pueblo percibía los truenos y los relámpagos, y el sonido de la trompeta, y la montaña que humeaba. Y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. |
Y sucedió que, puesto ya el sol, hubo densas tinieblas, y he aquí un horno que humeaba, y una antorcha de fuego que pasaba entre los animales divididos.
Y él respondió: Oí tu voz en el jardín, y tuve miedo, porque estaba desnudo, y me escondí.
En la angustia llamaste, y yo te libré; te respondí en la nube, escondite del trueno; te probé junto a las aguas de Meriba. (Pausa.)
de acuerdo con todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb, en el día de la Asamblea, diciendo: No oiga yo otra vez la voz de Jehová mi Dios, ni vea más este gran fuego, no sea que muera.
Desde los cielos te hizo oír su voz, para corregirte; y sobre la tierra te hizo ver su gran fuego, y sus palabras has oído de en medio del fuego.
Y aconteció que cuando vosotros oísteis la voz de en medio de las tinieblas, en tanto que el monte se abrasaba en fuego, os acercasteis a mí, todas las cabezas de las tribus, con vuestros ancianos,
Ahora bien, ¿por qué hemos de morir? pues nos consumirá este gran fuego. Si volvemos a oír la voz de Jehová nuestro Dios alguna vez más, entonces moriremos.
Llégate tú, y oye todo lo que dijere Jehová nuestro Dios; luego tú hablarás con nosotros todo lo que te dijere Jehová nuestro Dios; así nosotros lo oiremos y cumpliremos.
(yo mediaba entre vosotros y Jehová en ese tiempo, para poneros delante la palabra de Jehová; porque temisteis a causa del fuego, y no subisteis al monte), y dijo así: