Al séptimo día, cuando del corazón del rey estaba alegre con el vino, mandó a Mehumán, Bizta, Harbona, Bigta, Abagta, Zetar y Carcás, los siete eunucos que asistían ante la presencia del rey Asuero,
Ester 4:5 - Biblia Version Moderna (1929) Entonces Ester llamó a Hatac, uno de los eunucos del rey que él había designado para asistirla, y le dió encargo respecto de Mardoqueo, para que se informase de qué era aquello, y con qué motivo él hacía esto. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces Ester llamó a Hatac, uno de los eunucos del rey, que él había puesto al servicio de ella, y lo mandó a Mardoqueo, con orden de saber qué sucedía, y por qué estaba así. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego Ester llamó a Hatac, uno de los eunucos del rey que había sido designado como su asistente. Le ordenó que fuera a ver a Mardoqueo y averiguara qué era lo que le preocupaba y por qué estaba de luto. Biblia Católica (Latinoamericana) Llamó entonces a Hatac, uno de los eunucos que había puesto el rey a su servicio, y lo mandó donde Mardoqueo para que la informara de lo que pasaba y por qué actuaba así. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Ester llamó a Hatac, uno de los eunucos que el rey había puesto al servicio de ella, y lo envió a Mardoqueo para averiguar qué era aquel asunto y a qué se debía. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Llamó Ester a Hatac, uno de los eunucos que el rey había puesto a su servicio, y le dio la orden de ir adonde estaba Mardoqueo, para averiguar qué era aquello y a qué era debido. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Esther llamó a Atac, uno de los eunucos del rey, a quien él había asignado para atenderla, y lo mandó a Mardoqueo, para saber qué era aquello y por qué. |
Al séptimo día, cuando del corazón del rey estaba alegre con el vino, mandó a Mehumán, Bizta, Harbona, Bigta, Abagta, Zetar y Carcás, los siete eunucos que asistían ante la presencia del rey Asuero,
Pero la reina Vasti rehusó venir en obediencia a la orden del rey enviada por mano de los eunucos; con lo cual el rey estalló en grande ira, y enardecióse en él su despecho.
Y vinieron las doncellas de Ester y sus eunucos, y se lo contaron; de lo cual tuvo la reina mucho pesar; y envió vestidos, para vestir a Mardoqueo y quitarle su saco: mas él no los admitió.
Salió pues Hatac a donde estaba Mardoqueo, en la plaza de la ciudad, que caía al frente de la puerta del rey;
y ora que sufra un miembro, sufran juntamente con él todos los miembros; ora que sea honrado un miembro, todos los miembros se regocijen juntamente con él.
no mirando cada uno de vosotros por lo que es suyo propio, sino cada uno también por lo que es de los demás.
Porque no tenemos un sumo sacerdote que sea incapaz de compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo punto, así como nosotros, mas sin pecado.