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Ester 3:4 - Biblia Version Moderna (1929)

Aconteció pues que hablándole ellos de día en día, sin que él hiciese caso de ellos, al fin informaron a Hamán, por ver si podrían quedar en pie los asuntos de Mardoqueo; porque el les había dicho que era judío.

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Biblia Reina Valera 1960

Aconteció que hablándole cada día de esta manera, y no escuchándolos él, lo denunciaron a Amán, para ver si Mardoqueo se mantendría firme en su dicho; porque ya él les había declarado que era judío.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Todos los días le hablaban de lo mismo, pero aun así él se negaba a cumplir la orden. Entonces le informaron a Amán para saber si él toleraría la conducta de Mardoqueo, ya que Mardoqueo les había dicho que era judío.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Todos los días le repetían lo mismo, pero él no les hacía caso. Al final les dijo Mardoqueo que era judío. Lo denunciaron ante Amán para ver si seguía en su actitud.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y preguntándole ellos cada día sin que él les prestara atención, ocurrió que lo denunciaron a Amán, para ver si Mardoqueo se mantendría firme a su dicho, por cuanto él les había declarado que era judío.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y como se lo dijeron un día tras otro sin que él les hiciera caso, lo denunciaron a Amán, para ver si Mardoqueo se mantenía en su actitud, pues ya les había indicado que él era judío.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y aconteció que, hablándole cada día de esta manera, y no escuchándolos él, lo denunciaron a Amán, para ver si las palabras de Mardoqueo se mantendrían firmes; porque ya él les había declarado que era judío.

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Ester 3:4
11 Tagairtí Cros  

Y sucedió, mientras ella hablaba a José todos los días, y mientras él no le escuchaba para acostarse a su lado, ni para estar con ella,


Quienquiera que haya entre vosotros de todo su pueblo, sea su Dios con él, para que suba a Jerusalem, que está en Judá, y edifique la Casa de Jehová, el Dios de Israel; el cual es el Dios que está en Jerusalem.


Entonces los siervos del rey que estaban en la puerta del rey, dijeron a Mardoqueo: ¿Por qué traspasas tú el mandato del rey?


Y cuando vio Hamán que Mardoqueo no se arrodillaba ni se postraba ante él, Hamán se llenó de cólera.


Pues bien, hay ciertos Judíos, a quienes tú has puesto sobre los negocios de la provincia de Babilonia, es decir, Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos hombres no te tienen respeto, oh rey; a tus dioses no dan culto, ni adoran la imagen de oro que tú has hecho levantar.


Ellos entonces respondieron y dijeron delante del rey: Aquel Daniel que es de los hijos de la cautividad de Judá, no hace caso de ti, oh rey, ni del entredicho que has firmado, sino que hace su petición tres veces al día.


Y él les dijo: Hebreo soy, y temo a Jehová, el Dios del cielo, el cual hizo el mar y la tierra seca.