A lo cual respondió Judá: ¿Que diremos a mi señor? ¿qué hablaremos, o cómo nos justificaremos? Dios ha puesto en descubierto la iniquidad de tus siervos. ¡Henos aquí, siervos de mi señor, así nosotros como aquel en cuyo poder fué hallada la copa!
Esdras 9:10 - Biblia Version Moderna (1929) ¶Pero ahora, oh Dios nuestro, ¿qué podremos decir después de esto? porque hemos abandonado tus mandamientos Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero ahora, ¿qué diremos, oh Dios nuestro, después de esto? Porque nosotros hemos dejado tus mandamientos, Biblia Nueva Traducción Viviente »Ahora, Dios nuestro, ¿qué podemos decir después de semejantes cosas? ¡Pues una vez más hemos abandonado tus mandatos! Biblia Católica (Latinoamericana) Por eso, ahora, Dios nuestro, ¿qué más podemos decir? Pues no hicimos caso de tus mandamientos La Biblia Textual 3a Edicion Pero ahora, oh Dios nuestro, ¿qué diremos después de esto? Porque nosotros hemos abandonado tus mandamientos, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero ahora ¿qué vamos a decir, oh Dios nuestro, después de esto? Hemos abandonado tus mandamientos, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas ahora, ¿qué diremos, oh Dios nuestro, después de esto? Porque nosotros hemos dejado tus mandamientos, |
A lo cual respondió Judá: ¿Que diremos a mi señor? ¿qué hablaremos, o cómo nos justificaremos? Dios ha puesto en descubierto la iniquidad de tus siervos. ¡Henos aquí, siervos de mi señor, así nosotros como aquel en cuyo poder fué hallada la copa!
que prescribiste por medio de tus siervos los profetas, diciendo: La tierra adonde vais a entrar a fin de poseerla, es una tierra impura, a causa de la impureza de los pueblos de las tierras, y a causa de las abominaciones de que la han henchido de cabo a cabo, con sus inmundicias:
porque siervos somos. Sin embargo, en nuestra servidumbre no nos ha desamparado nuestro Dios, sino que nos ha extendido su misericordia delante de los reyes de Persia, para volver a darnos vida, para hacer levantar la Casa de nuestro Dios, y restaurar sus ruinas, y para darnos un vallado en Judá y Jerusalem.
Tú empero con larga espera los sufriste muchos años, y testificaste contra ellos por tu Espíritu, por conducto de tus profetas: pero ellos no dieron oídos; por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de las tierras.
Y nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no han guardado tu ley, ni escuchado tus mandamientos, ni tus testimonios, con que testificaste contra ellos.
Hemos pecado juntamente con nuestros padres, hemos obrado iniquidad, hemos cometido maldad.
CHETH.- ¡Es de las piedades de Jehová el que no hayamos perecido; por cuanto sus compasiones nunca se acaban!
¶Mas sabemos que cuanto dice la ley, ella lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca enmudezca, y el mundo todo se tenga por reo delante de Dios.
¡Ah Señor! ¿qué podré decir, después que Israel haya vuelto las espaldas delante de sus enemigos?