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Eclesiastés 3:5 - Biblia Version Moderna (1929)

tiempo de esparcir las piedras, y tiempo de recoger las piedras; tiempo de abrazar, tiempo de rechazar los abrazos;

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Biblia Reina Valera 1960

tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Un tiempo para esparcir piedras y un tiempo para juntar piedras. Un tiempo para abrazarse y un tiempo para apartarse.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

tiempo para lanzar piedras y tiempo para recogerlas; tiempo para los abrazos y tiempo para abstenerse de ellos;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Tiempo de esparcir piedras y tiempo de juntar piedras, Tiempo de abrazar y tiempo de abstenerse de abrazar,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Hay tiempo de esparcir piedras y tiempo de recogerlas. Hay tiempo de abrazarse y tiempo de desprenderse del abrazo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;

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Eclesiastés 3:5
11 Tagairtí Cros  

Y seguían derribando las ciudades, y sobre todo campo fértil echaban cada cual su piedra, llenándolo así de ellas; y cegaban todos los manantiales de agua, y tumbaban todo árbol bueno; hasta tanto que en Kir-hare-set no dejaron más que las piedras de ella; bien que los honderos la rodearon, e hiriéronla.


Y dijo Moisés al pueblo: Estad apercibidos para el tercer día; no os lleguéis a mujer.


tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de lamentarse, y tiempo de regocijarse;


tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;


¡Reunid al pueblo! ¡proclamad una convocación obligatoria! ¡congregad a los ancianos! ¡juntad a los muchachos, y hasta los niños de pecho! ¡salga el novio de su recámara, y la novia de su tálamo!


No os defraudéis el uno al otro, a no ser con mutuo consentimiento, por algún tiempo, para dedicaros enteramente a la oración; y volved a estar juntos, no sea que os tiente Satanás por medio de vuestra incontinencia.


Mas sucedió que a la hora de ponerse el sol, mandándolo Josué, los bajaron de los maderos, y los echaron en la cueva en donde se habían escondido; y pusieron grandes piedras a la boca de la cueva, las cuales permanecen hasta el día de hoy.