Luego pasé adelante a la puerta de la Fuente, y al estanque del Rey; y no había lugar por donde pasase la bestia que tenía debajo de mí.
Eclesiastés 2:6 - Biblia Version Moderna (1929) hice para mí estanques de agua, para que con ella se regase el bosque donde se cultivaban árboles; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles. Biblia Nueva Traducción Viviente Construí represas para juntar agua con la cual regar todos mis huertos florecientes. Biblia Católica (Latinoamericana) Me hice cavar cisternas para regar mis plantaciones. La Biblia Textual 3a Edicion me hice estanques de agua, para regar con ellos el soto donde se cultivaban mis árboles; Biblia Serafín de Ausejo 1975 me construí estanques para regar la frondosa plantación. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde los árboles crecían. |
Luego pasé adelante a la puerta de la Fuente, y al estanque del Rey; y no había lugar por donde pasase la bestia que tenía debajo de mí.
y una carta a Asaf, guarda de los bosques que son del rey, a fin de que me dé maderos para las vigas de las puertas de la fortaleza que pertenece a la Casa de Dios, y para el muro de la ciudad, y para la casa en que yo he de entrar. Y el rey me las dió, según era buena sobre mí la mano de mi Dios.
La puerta de la Fuente la restauró Sallum hijo de Col-hoza, jefe del distrito de Mizpa; él la edificó y cubrió de vigas, y asentó sus puertas, sus cerrojos y sus barras; edificó también el muro junto al estanque de Siloé, junto al Huerto del Rey, y hasta las gradas que descienden de la ciudad de David.
Después de él edificó Nehemías hijo de Azbuc, jefe de la mitad del distrito de Bet-sur, hasta en frente de los sepulcros de David, y hasta el estanque nuevamente hecho, y hasta la Casa de los Valientes.
Y será como un árbol plantado junto a las corrientes de las aguas, que da su fruto en su tiempo; su hoja también no se marchita; y cuanto él hiciere prosperará.
tu cuello como una torre de marfil; tus ojos como los estanques de Hesbón, junto a la puerta de Batrabbim; tu nariz como la torre del Líbano, que mira hacia Damasco.
Pues será como árbol plantado junto a las aguas, y que extiende sus raíces junto al río: por tanto no temerá cuando venga el calor, sino que será verde su hoja; y no tendrá cuidado en el año de sequía ni cesará de dar su fruto.