Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Eclesiastés 11:9 - Biblia Version Moderna (1929)

¡Regocíjate, oh mancebo, en tu juventud, y alégrete tu corazón en los días de tu mocedad; y anda en los caminos de tu corazón, y en la luz de tus ojos; mas sabe tú que por todas estas cosas Dios te traerá a juicio!

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Gente joven: ¡la juventud es hermosa! Disfruten de cada momento de ella. Hagan todo lo que quieran hacer, ¡no se pierdan nada! Pero recuerden que tendrán que rendirle cuentas a Dios de cada cosa que hagan.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Muchacho, conoce la felicidad, mientras seas joven, y toma temprano las buenas decisiones. Elige tu camino como mejor te parezca, sin olvidar que Dios te pedirá cuenta de todo.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Alégrate, oh joven, por tu juventud, Y tome placer tu corazón en los días de tu mocedad. Anda en los caminos de tu corazón, Y tras la vista de tus ojos, Pero ten en cuenta que por todas estas cosas, Te juzgará Ha-’Elohim.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Alégrate, joven, en tu adolescencia y vive feliz en los días de tu juventud. Sigue los impulsos de tu corazón y da placer a tus ojos. Pero sábete que por todo ello Dios te llamará a juicio.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Alégrate, joven, en tu adolescencia, y tome placer tu corazón en los días de tu juventud; y anda en los caminos de tu corazón, y en la vista de tus ojos; mas sabe, que sobre todas estas cosas te traerá Dios a juicio.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Eclesiastés 11:9
41 Tagairtí Cros  

Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era una delicia para los ojos, y árbol deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto, y comió; y dió también a su marido, cuando con ella estaba, y él comió.


que viendo los hijos de Dios que eran hermosas las hijas de los hombres, se tomaron mujeres de entre todas aquellas que escogieron.


Va pues a suceder que cuando yo te haya dejado, el Espíritu de Jehová te llevará a donde yo no sepa; de manera que yendo yo a decírselo a Acab, y no pudiéndote él hallar, me matará: bien que yo tu siervo temo a Jehová desde mi mocedad.


Y aconteció que al medio día se burlaba de ellos Elías, diciendo: ¡Gritad más recio! ya que es dios; porque estará meditando, o quizás se habrá retirado, o bien estará de viaje; ¡o tal vez duerme, y habrá que despertarle!


Vino pues al rey; y el rey le dijo: Micaya, ¿debemos ir a pelear contra Ramot-galaad, o debemos desistir? Y él le dijo irónicamente: ¡Sube, y tendrás feliz suceso; porque la entregará Jehová en mano del rey!


si mis pasos se han desviado del camino, y en pos de mis ojos ha andado mi corazón, o si a mis manos se ha pegado mancha alguna;


De manera que los entregué a la dureza de su corazón; y caminaron en sus propios consejos.


ACUÉRDATE pues de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan aquellos días aciagos, y se acerquen aquellos años; de los cuales dirás: ¡No tengo ya complacencia en ellos!


Pues que Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.


Y nunca negué a mis ojos cosa alguna de cuantas deseaban; no privé a mi corazón de ningún género de placeres, porque mí corazón se alegraba en todas mis labores; y ésta fué la porción que tuve de todo mi trabajo.


Yo sé que no hay para ellos cosa mejor que regocijarse y hacer bien durante su vida;


Dije entonces en mi corazón: Al justo y al inicuo los juzgará Dios; porque allá arriba hay un tiempo, determinado para todo asunto y para toda obra.


Lo de que más vale la vista de los ojos que el vago andar del deseo, ¡esto también es vanidad y correr tras el viento!


En el día del bien, pues, sé gozoso; pero en el día de adversidad considera: pues que Dios ha hecho tanto le uno como lo otro, a fin de que el hombre no halle, fuera de él, nada.


Dicen de continuo a los que me desprecian: ¡Jehová ha dicho: Tendréis paz! y a cada uno que anda en la dureza de su corazón le dicen: ¡Ningún mal vendrá sobre vosotros!


Mas ellos no escucharon, ni inclinaron a mí su oído: sino que anduvieron en sus propios consejos, y en la dureza de su depravado corazón; y se han ido hacía atrás y no hacia adelante,


Bueno es para el hombre el que lleve el yugo en su juventud;


Empero la persona que obrare con mano alzada, sea de los de vuestra nación, o sea de los extranjeros, ese tal es blasfemador de Jehová; y la tal persona será cortada de en medio de su pueblo.


Esto pues os será para fleco, a fin de que al mirarlo os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, y los cumpláis; y que no vayáis tras las codicias de vuestros corazones, y de vuestros ojos; en pos de los cuales soléis andar idolatrando:


Y le dijo el Ángel: ¿Por qué has dado de palos a tu asna estas tres veces? He aquí que yo había salido para ponerme en contra de ti, porque tu camino es perverso delante de mí;


Mas yo os digo, que todo aquel que mira a una mujer para codiciarla, ya cometió adulterio con ella en su corazón.


y diré a mi alma: ¡Alma, tienes muchos bienes almacenados para muchos años! ¡descansa! ¡come, bebe, huélgate!


El cual en las generaciones pasadas, permitió a todas las naciones andar en sus propios caminos:


Y razonando Pablo de la justicia, de la continencia y del juicio venidero, Félix, aterrado, respondió: Por ahora véte; cuando tuviere un tiempo conveniente, te enviaré a llamar.


¶Tú pues ¿por qué juzgas a tu hermano? y tú, ¿por qué desprecias a tu hermano? porque todos hemos de comparecer ante el tribunal de Cristo;


Así pues no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor; el cual sacará a luz las obras encubiertas de las tinieblas, y pondrá de manifiesto los propósitos de los corazones; y entonces cada cual tendrá su alabanza de Dios, y no del hombre.


porque todos hemos de ser manifestados ante el tribunal de Cristo; para que cada uno reciba otra vez las cosas hechas en el cuerpo, según lo que haya hecho, sea bueno o malo.


y suceda que al oír las palabras de este juramento de maldición, él se bendiga en su corazón, diciendo: Yo tendré paz aunque ande en la dureza de mi corazón; a fin de que con la saciedad quite la sed.


Y por lo mismo que está decretado a los hombres que mueran una sola vez, y después de esto se seguirá el juicio,


Pues ví entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y una barra de oro, del peso de cincuenta siclos; y los codicié, y los tomé: y he aquí que están escondidos en la tierra en medio de mi tienda; y el dinero debajo del manto.


pero los cielos de ahora y la tierra, por la misma palabra están guardados para el fuego, siendo reservados para el día del juicio y de la destrucción de los hombres inicuos.