diciéndole David: Tu sangre recaiga sobre tu propia cabeza; porque tu misma boca ha dado testimonio contra ti, diciendo: ¡Yo maté al ungido de Jehová!
Eclesiastés 10:12 - Biblia Version Moderna (1929) Las palabras de la boca del sabio están llenas de gracia; pero los labios del insensato a él mismo le tragarán. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Las palabras de la boca del sabio son llenas de gracia, mas los labios del necio causan su propia ruina. Biblia Nueva Traducción Viviente Las palabras sabias traen aprobación, pero a los necios, sus propias palabras los destruyen. Biblia Católica (Latinoamericana) Las palabras del sabio son una gracia, en cambio las del tonto son perjudiciales, en primer lugar para él. La Biblia Textual 3a Edicion Las palabras del sabio son provechosas, Pero los labios del necio causan su propia ruina. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Las palabras de la boca del sabio son favor para él, pero al necio sus labios le pierden. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Las palabras de la boca del sabio están llenas de gracia; mas los labios del necio causan su propia ruina. |
diciéndole David: Tu sangre recaiga sobre tu propia cabeza; porque tu misma boca ha dado testimonio contra ti, diciendo: ¡Yo maté al ungido de Jehová!
Pero os alentaría con mi boca, y la consolación de mis labios mitigaría vuestro dolor.
La perversidad de sus mismos labios cubrirá la cabeza de los que me cercan en derredor.
Así él ha hecho caer sobre ellos su misma lengua; huirán todos los que los vieren;
Gente hay que charla como quien da estocadas de espada; mas la lengua de los sabios es saludable.
La lengua de los sabios hace que sea grata la ciencia; pero la boca de los insensatos rebosará en necedades.
El hombre tiene gozo en la respuesta acertada de su boca; y ¡cuán buena es la palabra que se dice oportunamente!
El testigo falso no quedará sin castigo; y aquel que habla mentiras no escapará.
En cuanto a aquel que ama la pureza de corazón, por la gracia de sus labios, el rey será su amigo.
Como una zarza levantada en mano de un borracho, así es una sentencia sabia en boca de los insensatos.
Las palabras de los sabios son aguijones; y como clavos profundamente hincados son las palabras de los maestros de las asambleas, las cuales son dadas por parte de un solo Pastor.
Así pues el insensato se está con las manos cruzadas, y come su misma carne.
No hables temerariamente con tu boca, y no se apresure tu corazón a proferir cualquiera cosa delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra: por tanto sean pocas tus palabras.
No permitas que tu boca haga pecar a tu carne; ni digas en presencia del ángel que fué un yerro. Pues ¿por qué ha de enojarse Dios a causa de tu voz, y destruir la obra de tus manos?
Las palabras de los sabios, dichas sosegadamente, se oyen mejor que la gritería de aquel que es príncipe entre los insensatos.
El hombre bueno, de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo, de su mal tesoro saca cosas malas.
A éste le dice: ¡Por tu misma boca te juzgaré, siervo malvado! ¿Sabías que soy un hombre austero, que tomo lo que no deposité, y siego lo que no sembré?
Y todos le daban testimonio; y se maravillaban de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?
Ninguna palabra torpe salga de vuestra boca, sino antes la que sea buena para edificación, según fuere en caso, para que imparta gracia a los que oyen.
Vuestra palabra sea siempre con gracia divina, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.