Y será como un árbol plantado junto a las corrientes de las aguas, que da su fruto en su tiempo; su hoja también no se marchita; y cuanto él hiciere prosperará.
Daniel 3:30 - Biblia Version Moderna (1929) Entonces el rey adelantó a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego el rey ascendió a Sadrac, Mesac y Abed-nego a puestos aún más altos en la provincia de Babilonia. Biblia Católica (Latinoamericana) No los hemos cumplido, no hemos hecho lo que tú nos mandaste para que tu bendición viniera sobre nosotros. La Biblia Textual 3a Edicion Y el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 no los guardamos ni procedimos como nos mandaste para nuestro bien. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia. |
Y será como un árbol plantado junto a las corrientes de las aguas, que da su fruto en su tiempo; su hoja también no se marchita; y cuanto él hiciere prosperará.
Por cuanto tiene puesto en mí su amor, yo también le libraré: le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
a los cuales puso nombres el príncipe de los eunucos: a Daniel le llamó Beltsasar, a Ananías, Sadrac, a Misael, Mesac, y a Azarías, Abed-nego.
Daniel entonces pidió al rey, y éste nombró sobre los negocios de la provincia de Babilonia a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Pero Daniel permanecía en la corte del rey.
EL rey Nabucodonosor hizo una imagen de oro, cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la hizo levantar en la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia.
Pues bien, hay ciertos Judíos, a quienes tú has puesto sobre los negocios de la provincia de Babilonia, es decir, Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos hombres no te tienen respeto, oh rey; a tus dioses no dan culto, ni adoran la imagen de oro que tú has hecho levantar.
Si alguno me sirve, sígame; y en donde yo estoy, allí también estará mi servidor: si alguno me sirviere, a éste le honrará mi Padre.
¶¿Qué pues diremos a estas cosas? si Dios está por nosotros, ¿quién puede estar contra nosotros?
Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice así: Dije en verdad que tu casa, y la casa de tu padre andaría delante de mi rostro para siempre. Mas ahora, dice Jehová, ¡lejos sea esto de mí! porque a los que me honran yo los honraré, mas los que me desprecian serán tenidos en poco!