Besad al Hijo, no sea que se enoje, y perezcáis en el camino; porque pronto se encenderá su ira. Bienaventurados son todos los que confian en él.
Cantares 8:1 - Biblia Version Moderna (1929) ¡OH si tú fueras como un hermano mío, hermanito que mama los pechos de mi misma madre! entonces, cuando te hallara fuera, te besara, y nadie me despreciaría por ello. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ¡Oh, si tú fueras como un hermano mío Que mamó los pechos de mi madre! Entonces, hallándote fuera, te besaría, Y no me menospreciarían. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Cómo quisiera que fueras mi hermano, el que mamó de los pechos de mi madre! Así podría besarte sin pensar en quién nos mira, y nadie me criticaría. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Ah, si tú fueras hermano mío,
alimentado con el pecho de mi madre!
Te podría besar al encontrarte afuera
sin que me despreciaran. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Oh, si tú fueras como mi hermano, que mamó los pechos de mi propia madre! Al hallarte afuera yo te besaría, Y nadie me despreciaría por ello. Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Ah, si fueras mi hermano, amamantado a los pechos de mi madre! Al encontrarte fuera podría yo besarte sin desprecio de nadie. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¡Oh que fueras tú como mi hermano, que mamó los pechos de mi madre; así, al encontrarte afuera yo te besaría, y no me menospreciarían! |
Besad al Hijo, no sea que se enoje, y perezcáis en el camino; porque pronto se encenderá su ira. Bienaventurados son todos los que confian en él.
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; el corazón quebrantado y contrito, oh Dios, no lo despreciarás.
¡Béseme mi amado con los besos de su boca! porque tus caricias son mejores que el vino.
¡Las mandrágoras despiden su fragancia, y junto a nuestras puertas están toda suerte de frutas exquisitas, tanto nuevas como añejas, que tengo guardadas para ti, oh amada mío!
Te voy a conducir, te haré entrar en la casa de mi madre, para que tú me instruyas; te daré a beber vino bien sazonado, y el zumo de mis granadas.
Asimismo vendrán a ti, postrándose, los hijos de los que te afligieron; y a las plantas de tus pies se encorvarán todos los que te trataron con desprecio; y te llamarán la ciudad de Jehová; la Sión del Santo de Israel.
Por tanto el Señor mismo os dará una señal: He aquí una virgen que concibe y da a luz un hijo, y le da el nombre de EMMANUEL.
Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos es dado: y el dominio estará sobre su hombro; y se le darán por nombres suyos: Maravilloso, Consejero, Poderoso Dios, Padre del siglo eterno, Príncipe de Paz.
y sacudiré todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones, y llenaré esta Casa de gloria, dice Jehová de los Ejércitos.
¡Regocíjate en gran manera, oh hija de Sión! ¡rompe en aclamaciones, oh hija de Jerusalem! he aquí que viene a tí tu rey, justo y victorioso, humilde, y cabalgando sobre un asno, es decir, sobre un pollino, hijo de asna.
HE aquí pues que voy a enviar mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y repentinamente vendrá a su Templo el Señor a quien buscáis; es decir, el Ángel del Pacto, en quien os deleitéis; he aquí que vendrá, dice Jehová de los Ejércitos.
El que oye a vosotros, a mí me oye; y el que a vosotros os desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí desecha al que me envió.
¶Y yo os digo, que todo aquel que me confesare delante de los hombres, el Hijo del hombre también a él le confesará delante de los ángeles de Dios.
¶Y dijo también esta parábola a ciertos de los presentes, que confiaban en sí mismos que ellos eran justos, y despreciaban a los demás:
Y ésta, presentándose en aquella misma hora, daba gracias al Señor, y hablaba de aquel niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalem.
Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste, el Hijo del hombre se avergonzará, cuando viniere en su propia gloria, y la del Padre y de los santos ángeles.
¶Y el Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su glorila, gloria como del Unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
conociendo Jesús que el Padre había entregado todas las cosas en sus manos, y que había venido de Dios, y estaba para ir a Dios,
Yo salí de con el Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre.
Y nadie ha subido al cielo, sino aquel que del cielo descendió; es a saber, el Hijo del hombre que está en el cielo.
Les dijo Jesús: Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais a mi; porque yo procedí y he venido de Dios: porque no vine de mí mismo, sino que él me envió.
y las cosas viles del mundo y las despreciadas ha escogido Dios, y aun las que no son, para anonadar a las que son:
empero la Jerusalem celestial es libre; la cual es madre de nosotros.
Mas nunca permita Dios que yo me gloríe sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo; por medio de la cual el mundo me ha sido crucificado a mí, y yo al mundo.
Porque nosotros somos la verdadera circuncisión, los cuales adoramos a Dios en espíritu, y nos gloriamos en Cristo Jesús, y no ponemos confianza alguna en la carne.
Y sin controversia alguna, grande es el misterio de la piedad, es a saber: Aquel que fué manifestado en la carne, justificado en el espíritu, visto de ángeles, predicado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.