Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Cantares 3:2 - Biblia Version Moderna (1929)

Dije soñando: Me levantaré pues, y daré una vuelta por la ciudad: por las calles, y por las plazas buscaré al que ama mi alma. Busquéle, mas no le hallé.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Y dije: Me levantaré ahora, y rodearé por la ciudad; Por las calles y por las plazas Buscaré al que ama mi alma; Lo busqué, y no lo hallé.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que me dije: «Me levantaré y recorreré la ciudad, y buscaré por todas las calles y las plazas. Buscaré a mi amado». Entonces busqué por todas partes pero no lo encontré.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Me levantaré, pues, y recorreré la ciudad. Por las calles y las plazas buscaré al amado de mi alma. Lo busqué y no lo hallé.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Me levantaré ahora e iré por la ciudad, Por las calles y por las plazas. ¡Debo hallar al que ama mi alma! Lo busqué, pero no lo encontré.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Me levanté, recorrí la villa por callejas y plazas, en busca del amado de mi alma. Lo buscaba y no lo hallé.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Me levantaré ahora, y rondaré la ciudad; por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi alma; lo busqué, pero no lo hallé.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Cantares 3:2
18 Tagairtí Cros  

¡Bienaventurado el hombre que me escucha, velando diariamente a mis umbrales, aguardando a los postes de mis puertas!


Dime, oh tú a quien ama mi alma, dónde apacientas tu rebaño; dónde lo haces sestear al medio día; pues ¿por qué he de ser yo como alguna tapada, junto a los rebaños de tus compañeros?


A mí sí me hallaron las patrullas que rondan por la ciudad; a quienes les pregunté: ¿Habéis visto al que ama mi alma?


Levantéme yo para abrir a mi amado; goteaban mirra mis manos, y mis dedos, mirra líquida sobre la manecilla del cerrojo.


Y no hay quien invoque tu nombre, ni quien se despierte para echar mano de ti; porque has escondido tu rostro de nosotros, y nos has dejado perecer a causa de nuestras iniquidades.


¡RECORRED las calles de Jerusalem, y mirad, y reconoced, y buscad por sus plazas, a ver si podéis encontrar un hombre; si hay uno solo que obre justicia, que busque la verdad; y yo la perdonaré!


¶Hubo un hombre, enviado de Dios, cuyo nombre era Juan.


Y hagamos esto, conociendo el tiempo, que es ya hora que despertemos del sueño; porque ahora la salvación está más cercana que cuando por primera vez creímos.


Despertad a vuestros sentidos, como es justo, y no pequéis; porque hay algunos que no tienen el conocimiento de Dios: lo digo para moveros a vergüenza.


Por lo cual se dice: Despiértate tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo.