Dijo el Dios de Israel, me habló la Roca de Israel, diciendo: El que gobierna entre los hombres debe ser justo, gobernando en el temor de Dios.
Cantares 2:10 - Biblia Version Moderna (1929) Habla mi amado, y me dice: ¡Levántate, amiga mía, hermosa mía, y vente conmigo! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Mi amado habló, y me dijo: Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven. Biblia Nueva Traducción Viviente Mi amante me dijo: «¡Levántate, amada mía! ¡Ven conmigo, mi bella mujer! Biblia Católica (Latinoamericana) Mi amado empieza a hablar
y me dice: La Biblia Textual 3a Edicion Mi amado habló, y me dijo: Él ¡Oh amada mía, hermosa mía, levántate y sal conmigo! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mi amado me llama y me dice: ¡Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mi amado habló, y me dijo: Levántate, oh amada mía, hermosa mía, y ven. |
Dijo el Dios de Israel, me habló la Roca de Israel, diciendo: El que gobierna entre los hombres debe ser justo, gobernando en el temor de Dios.
Oiré lo que hablará el Dios Jehová; porque hablará paz a su pueblo y a sus favorecidos; pero no vuelvan ellos a la locura.
¡He aquí que eres hermosa, oh amiga mía! ¡he aquí que eres hermosa! ¡tus ojos son como palomas!
¡A mi yegua favorita, en las carrozas de Faraón, te he comparado, oh amiga mía!
Porque ha pasado ya el invierno; la lluvia se ha acabado y se ha ido;
la higuera va madurando sus brevas, y las vides, en cierne, despiden su fragancia: ¡levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y vente conmigo!
¡Es la voz de mi amado! ¡He aquí que viene saltando sobre los montes, y brincando sobre los collados!
Yo dormía, pero estaba mi corazón velando- ¡Es la voz de mi amado, que está golpeando a la puerta: Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía! porque mi cabeza está llena de rocío, y mis cabellos, de las gotas de la noche.
Desde lejos Jehová me apareció, y dijo: Con amor eterno te he amado, por tanto te he extendido mi misericordia.
¶Y pasando Jesús de allí, vió a un hombre, llamado Mateo, sentado al banco de los tributos; y le dice: ¡Sígueme! Y levantándose, le siguió.
Porque estoy celoso de vosotros, con celos que lo son de Dios; pues que os he desposado con un solo esposo, para que os presente a Cristo, cual virgen casta.
¶Y el Espíritu y la esposa dicen ¡Ven! y el que oye, diga: ¡Ven! y el que tiene sed, ¡venga! ¡y el que quiera, tome del agua de la vida, de balde!