Apocalipsis 17:15 - Biblia Version Moderna (1929) Y me dijo: Las aguas que viste, endonde la ramera está sentada, son pueblos, y multitudes, y naciones, y lenguas. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego el ángel me dijo: «Las aguas donde la prostituta gobierna representan grandes multitudes de cada nación y lengua. Biblia Católica (Latinoamericana) El ángel prosiguió: 'Las aguas que has visto, a cuyo borde está sentada la prostituta, representan pueblos, multitudes y naciones de todos los idiomas. La Biblia Textual 3a Edicion Me dijo: Las aguas que viste, donde se sienta la ramera, son pueblos y multitudes y naciones y lenguas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y me añadió: 'Las aguas que viste, junto a las que está asentada la prostituta, son pueblos, multitudes, naciones y lenguas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y me dijo: Las aguas que viste, donde se sienta la ramera, son pueblos y multitudes y naciones y lenguas. |
el que sosiega el estruendo de los mares, el estruendo de sus ondas, y el alboroto de las naciones.
Así dice Jehová: He aquí aguas que se alzan de la parte del Norte, las cuales llegarán a ser un torrente inundador; e inundarán la tierra y cuanto ella contiene, las ciudades y los que en ellas habitan: y clamarán los hombres, y todos los habitantes del país se plañirán.
¡Ah, tú que habitas junto a las muchas aguas, tú que abundas en riquezas, ya vino tu fin; colmóse la medida de tu rapacidad!
Ha subido contra Babilonia un mar de enemigos; con el tumulto de sus olas ella ha sido anegada.
porque Jehová está despojando a Babilonia, y destruye de en medio de ella su grande bullicio: y las olas de los enemigos resuenan como las muchas aguas, y dase al viento la algazara de su voz:
Las aguas le engrandecieron; los hondos manantiales le hicieron elevarse: sus ríos corrían al rededor del lugar donde estaba plantado, y enviaron sus conductos a todos los árboles del campo.
Y me fué dicho: Es menester que tú, otra vez, profetices, como constituído sobre muchos pueblos, y naciones, y lenguas, y reyes.
Y los de los pueblos y tribus y lenguas y naciones contemplan sus cadáveres tres días y medio, y no permiten que sus cadáveres sean sepultados.
Y VINO uno de los siete ángeles que tenían los siete tazones, y habló conmigo, diciendo: Ven acá; te mostraré el juicio de la gran ramera, que está sentada sobre muchas aguas;
Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: ¡Digno eres tú de tomar el libro, y de abrir sus sellos; porque fuiste inmolado, y has adquirido para Dios con tu misma sangre, hombres de toda tribu, y lengua, y pueblo, y nación;