Entonces lloró en alta voz; y oyéronlo los Egipcios, y oyólo la casa de Faraón.
2 Reyes 8:11 - Biblia Version Moderna (1929) Luego fijó su semblante contemplándole, y se mantuvo así hasta que el otro se llenó de confusión: también lloró el varón de Dios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y el varón de Dios le miró fijamente, y estuvo así hasta hacerlo ruborizarse; luego lloró el varón de Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Eliseo se quedó mirando a Hazael tan fijamente que Hazael se sintió incómodo. Entonces el hombre de Dios se puso a llorar. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces el rostro del hombre de Dios se contrajo y su mirada quedó fija, poniéndose después a llorar. La Biblia Textual 3a Edicion Y lo miró fijamente hasta que se avergonzó. Entonces el varón de Dios rompió a llorar. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El varón de Dios, demudado el rostro, se quedó totalmente paralizado y luego rompió a llorar. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y mantuvo firme su rostro, hasta que se sintió avergonzado; y lloró el varón de Dios. |
Entonces lloró en alta voz; y oyéronlo los Egipcios, y oyólo la casa de Faraón.
En los días de Peca rey de Israel, vino Tiglat-pilneser rey de Asiria, y tomó a Ijón, y a Abel-bet-maaca, y a Janoa, y a Cades, y a Hazor, y a Galaad, y a Galilea, y a toda la tierra de Neftalí; y deportó los habitantes a Asiria.
Y porfiaron con él hasta que se avergonzó; dijo entonces: Enviad. Enviaron pues a los cincuenta hombres; los cuales buscaron tres días, mas no le hallaron.
Mis ojos derraman ríos de aguas, porque los hombres no guardan tu ley. TSADE
Mas si no oyereis, mi alma llorará en secreto vuestra soberbia, y con amargo llanto mis ojos se desharán en lágrimas: por cuanto ha sido cautivada la grey de Jehová.
Por tanto tú les dirás esta palabra: ¡Desháganse mis ojos en lágrimas, día y noche, sin cesar nunca; porque la virgen hija de mi pueblo está quebrantada con quebranto grande, y con una herida muy maligna!
¡Mis entrañas! ¡mis entrañas! ¡me duelen las paredes de mi corazón; se conmueve mi corazón; no puede estarse quieto, por cuanto has oído, oh alma mía, el sonido de la trompeta y la alarma de guerra!
¡OH si fuera aguas mi cabeza, y mis ojos fuente de lágrimas; para que día y noche yo llorara por los muertos de la hija de mi pueblo!
y apresúrense a levantar el llanto sobre nosotros; para que nuestros ojos se deshagan en lágrimas, y nuestros párpados broten chorros de aguas!
sirviendo al Señor con toda humildad de ánimo, y con lágrimas, y con pruebas que me sobrevinieron por las asechanzas de los judíos:
Por lo cual velad, acordándoos que por espacio de tres años no cesé de amonestar a cada uno día y noche con lágrimas.
Porque muchos andan, de quienes muchas veces os he dicho, y ahora os lo digo, aun llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo: