Entonces dijo el rey de Israel: ¡Ay de nosotros! porque Jehová ha convocado a estos tres reyes para entregarlos en mano de Moab!
2 Reyes 6:5 - Biblia Version Moderna (1929) Pero aconteció que mientras uno de ellos cortaba un árbol, el hierro se le cayó al agua; y él clamó, diciendo: ¡Ay, señor mío, y era cosa prestada! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó diciendo: ¡Ah, señor mío, era prestada! Biblia Nueva Traducción Viviente pero mientras uno de ellos cortaba un árbol, la cabeza de su hacha cayó al río. —¡Ay, señor! —gritó—. ¡Era un hacha prestada! Biblia Católica (Latinoamericana) Mientras uno de ellos cortaba un tronco, cayó el hacha al agua. Se puso a gritar: '¡Ay de mí, mi señor, esa era un hacha que me habían prestado!' La Biblia Textual 3a Edicion Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hierro° al agua; y gritó diciendo: ¡Ay, señor mío! ¡Era prestado! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y sucedió que, mientras uno cortaba un tronco, se le cayó al agua el hierro del hacha y comenzó a gritar: '¡Ay, señor mío, que el hacha era prestada!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció que derribando uno un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y dio voces, diciendo: ¡Ah, señor mío, que era prestada! |
Entonces dijo el rey de Israel: ¡Ay de nosotros! porque Jehová ha convocado a estos tres reyes para entregarlos en mano de Moab!
Luego ella fué, y se lo dijo al varón de Dios. Y él respondió: Vé, vende el aceite, y paga tus deudas; y tú y tus hijos viviréis de lo sobrante.
Y cuando se levantó muy de mañana el criado del varón de Dios, y hubo salido fuera, he aquí el ejército que cercaba la ciudad en derredor, con los caballos y los carros. Entonces le dijo su criado: ¡Ay, señor mío! ¿qué hemos de hacer?
Fuése pues con ellos; y llegado que hubieron al Jordán, cortaron la madera.
Y dijo el varón de Dios: ¿A dónde cayó? Y habiéndosele enseñado el lugar, cortó un palo, y lo echó allí; y nadó el hierro.
El hombre malo toma prestado, y no paga; pero el justo tiene misericordia, y da:
Si el hierro estuviere embotado, y el dueño no amolare el filo, entonces habrá que emplear más fuerza: pero la sabiduría es provechosa para dirigir.
Y talará las espesuras del bosque con hierro; y este Líbano por mano de un poderoso caerá.
estando ellos a lo lejos, por temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay de aquella gran ciudad de Babilonia, de aquella ciudad poderosa; porque en una sola hora ha venido tu juicio!
diciendo: ¡Ay, ay de aquella gran ciudad, que iba vestida de lino fino blanco y de púrpura, y de escarlata, y adornada de oro, y de piedras preciosas, y de perlas;
Y arrojaban polvo sobre sus cabezas, y daban alaridos, llorando y lamentándose, diciendo: ¡Ay, ay de aquella gran ciudad, en la cual se enriquecieron todos los que tenían naves en el mar, a causa de sus preciosidades; porque en una sola hora ha sido desolada!