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2 Reyes 6:12 - Biblia Version Moderna (1929)

Dijo entonces uno de sus siervos: Ninguno, oh rey, señor mío; sino que Eliseo, el profeta que hay en Israel, declara al rey de Israel las palabras que tú dices en tu cámara de dormir.

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces uno de los siervos dijo: No, rey señor mío, sino que el profeta Eliseo está en Israel, el cual declara al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu cámara más secreta.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—No somos nosotros, mi señor el rey —respondió uno de los oficiales—. ¡Eliseo, el profeta de Israel, le comunica al rey de Israel hasta las palabras que usted dice en la intimidad de su alcoba!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Uno de sus servidores respondió: 'Nadie, señor rey, sino que es Eliseo, el profeta de Israel, quien revela al rey de Israel hasta las palabras que pronuncias tú en tu cuarto al acostarte'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y uno de sus siervos respondió: No, rey y señor mío, sino que el profeta Eliseo, que está en Israel, él revela al rey de Israel las palabras que tú hablas en el interior de tu aposento.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Respondió uno de sus servidores: 'No, mi señor el rey; es Eliseo, el profeta que hay en Israel, quien manifiesta al rey de Israel incluso las palabras que tú pronuncias en tu propia alcoba'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces uno de los siervos dijo: No, rey, señor mío; sino que el profeta Eliseo está en Israel, el cual declara al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu cámara más secreta.

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2 Reyes 6:12
19 Tagairtí Cros  

Mas él le dijo: ¿No iba mi corazón contigo cuando el hombre volvió atrás, saltando de su carro para recibirte? ¿Es tiempo éste por ventura de recibir dinero, y de recibir ropas, y olivares, y viñas, y ovejas, y bueyes, y siervos, y siervas?


Y dijo un día a su señora: ¡Ojalá que mi amo se presentara delante del profeta que hay en Samaria! pues él le sanaría de su lepra.


¶Mas aconteció que cuando Eliseo, el varón de Dios, supo que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió al rey, diciendo: ¿Por qué has rasgado tus vestidos? Ruégote venga él a mí, y sabrá que hay profeta en Israel.


Y estaba muy turbado el corazón del rey de Siria con motivo de esto; y llamando a sus siervos, les dijo: ¿No queréis decirme quién de nosotros es por el rey de Israel?


Por lo cual él dijo: Id y averiguad en dónde está, y enviaré a prenderle. Y le avisaron, diciendo: He aquí, está en Dotán.


Porque el río producirá ranas en abundancia tal, que subirán y entrarán en tu casa, y en tu cámara de dormir, y sobre tu cama, y en casa de tus siervos, y entre tu pueblo, y en tus hornos, y en tus artesas:


No hay sabiduría, ni hay entendimiento, ni hay consejo que valgan contra Jehová.


Ni siquiera en tu pensamiento maldigas al rey, ni en tu cámara de dormir maldigas al rico; porque algún pájaro del cielo llevará la voz, y alguna avecilla divulgará la noticia.


¡Ay de los que ahondan el consejo, a fin de ocultarlo a Jehová, y cuyas obras están envueltas en tinieblas; y dicen: ¿quién nos ve? y ¿quién nos conoce?


Tomad maduro consejo, más será frustrado; hablad la palabra, mas no tendrá efecto; porque Dios es con nosotros.


También el rey respondió a Daniel, y dijo: ¡Es verdad que vuestro Dios es Dios de los dioses, y Señor de los señores, y revelador de secretos; visto que tú has podido revelar este secreto!


Seguramente Jehová el Señor no hará nada sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.