Entonces Abraham cayó sobre su rostro y rióse, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿y Sara, mujer de noventa años, ha de parir?
2 Reyes 4:14 - Biblia Version Moderna (1929) Entonces él dijo: ¿Que hay que hacer pues por ella? Y dijo Giezi: A la verdad que ella no tiene hijo, y su marido es ya viejo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y él dijo: ¿Qué, pues, haremos por ella? Y Giezi respondió: He aquí que ella no tiene hijo, y su marido es viejo. Biblia Nueva Traducción Viviente Más tarde, Eliseo le preguntó a Giezi: —¿Qué podemos hacer por ella? —Ella no tiene hijos —contestó Giezi—, y su esposo ya es anciano. Biblia Católica (Latinoamericana) Eliseo volvió un día a tocar el tema: 'Pues bien, ¿qué se puede hacer por ella?' Guejazí respondió: 'No tiene hijos y su marido ya es viejo'. La Biblia Textual 3a Edicion Y él dijo: ¿Qué puede hacerse entonces por ella? Y respondió Giezi: En verdad ella no tiene hijo, y su marido es anciano. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Preguntó luego Eliseo a Guejazí: '¿Qué se podría hacer por ella?'. Respondió Guejazí: 'Desgraciadamente, ella no tiene hijos y su marido es ya viejo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y él dijo: ¿Qué, pues, haremos por ella? Y Giezi respondió: He aquí ella no tiene hijo, y su marido es viejo. |
Entonces Abraham cayó sobre su rostro y rióse, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿y Sara, mujer de noventa años, ha de parir?
E Isaac rogó a Jehová por su mujer, porque era estéril; y fuéle propicio Jehová, de modo que Rebeca su mujer concibió.
Y CUANDO Raquel vió que no daba hijos a Jacob, tuvo Raquel envidia de su hermana; y dijo a Jacob: ¡Dame hijos; que si no, me muero!
Entonces Eliseo le dijo a él: Quiero que le digas de mi parte: He aquí, te has afanado por nosotros con todo este esmero; ¿qué hay pues que hacer por ti? ¿Has menester que yo hable por ti al rey, o al jefe del ejército? A lo cual ella respondió: En medio de mi propio pueblo yo habito.
Él dijo pues: Llámala; y habiéndola llamado, ella se detuvo en la puerta.
Y no tenían hijo, porque Elisabet era estéril; y ambos eran ya bien avanzados en días.
¶Había entonces un hombre de Zora, de la familia de los Danitas, llamado Manoa; y su mujer era estéril, que nunca había tenido hijo.
Y tenía dos mujeres; la una se llamaba Ana, y la otra se llamaba Penina; y Penina tenía hijos, mas Ana no tenía hijos.
Entonces le decía Elcana su marido: Ana, ¿por qué lloras? ¿y por qué no comes? ¿y por qué se aflige tu corazón? ¿Acaso no te soy yo mejor que diez hijos?