para que estén tus ojos abiertos, mirando hacia esta Casa de noche y de día; es decir, hacia este lugar del cual has dicho: Estará allí mi Nombre; para escuchar la oración que hace tu siervo en este lugar.
2 Reyes 19:16 - Biblia Version Moderna (1929) Inclina, oh Jehová, tu oído y oye; abre, oh Jehová, tus ojos y ve; y atiende a las palabras de Senaquerib, el cual ha enviado a vituperar al Dios vivo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Inclina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira; y oye las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Inclínate, oh Señor, y escucha! ¡Abre tus ojos, oh Señor, y mira! Escucha las palabras desafiantes de Senaquerib contra el Dios viviente. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Pon atención, Yavé, óyeme, abre los ojos, Yavé, y mira! La Biblia Textual 3a Edicion Inclina tu oído, oh YHVH, y escucha; abre tus ojos, oh YHVH, y observa. Escucha las palabras que ha enviado Senaquerib para vituperar al Dios viviente. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Inclina, oh Yahveh, tus oídos y escucha; abre, Yahveh, tus ojos y mira. Escucha las palabras que Senaquerib ha enviado para escarnio del Dios vivo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Inclina, oh Jehová tu oído y escucha; abre, oh Jehová, tus ojos y mira; y oye las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente. |
para que estén tus ojos abiertos, mirando hacia esta Casa de noche y de día; es decir, hacia este lugar del cual has dicho: Estará allí mi Nombre; para escuchar la oración que hace tu siervo en este lugar.
Verdaderamente, oh Jehová, los reyes de Asiria han asolado las naciones y sus tierras;
Quizá oirá Jehová tu Dios todas las palabras de Rabsaces, a quien su amo, el rey de Asiria, ha enviado para vituperar al Dios vivo; y reprenderá las palabras que ha oído Jehová tu Dios: haz pues oración a favor del resto que aún nos queda.
¶Ahora pues, Dios mío, ruégote estén tus ojos abiertos, y tus oídos atentos a la oración que se haga en este lugar.
¡Inclina hacia mí tu oído; líbrame presto! ¡séme por roca de fortaleza, alcázar fuerte para salvarme!
Levántate, oh Dios; defiende tu propia causa! ¡acuérdate de cómo el insensato te injuria cada día!
y devuelve a nuestros vecinos en su mismo seno, con los siete tantos, la deshonra con que te han deshonrado, oh Jehová!
¡Inclina, oh Jehová, tu oído y oye; abre, oh Jehová, tus ojos y ve; y atiende a todas las palabras de Senaquerib, el cual ha enviado a vituperar al Dios vivo!
Quizá oirá Jehová tu Dios las palabras de Rabsaces, a quien su amo, el rey de Asiria, ha enviado para vituperar al Dios vivo, y reprenderá las palabras que ha oído Jehová tu Dios; eleva pues la oración a favor del resto que aun nos queda.
¡Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y ve las desolaciones nuestras, y a la ciudad que es llamada de tu nombre; porque no derramamos nuestros ruegos ante tu rostro a causa de nuestras justicias, sino a causa de tus grandes compasiones!
estimando por mayor riqueza el vituperio de Cristo, que los tesoros de Egipto; porque tenía su mirada puesta en la remuneración.