Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




2 Crónicas 15:5 - Biblia Version Moderna (1929)

Y en aquellos días no había seguridad para aquel que salía, ni para aquel que entraba; sino quebrantos grandes sobre todos los habitantes de estos países.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

En aquellos tiempos no hubo paz, ni para el que entraba ni para el que salía, sino muchas aflicciones sobre todos los habitantes de las tierras.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

»En esos tiempos oscuros no se podía viajar con seguridad y los problemas perturbaban a los habitantes de todos los países.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

En aquellos tiempos no habrá paz para quien entre ni para quien salga, sino muchas angustias sobre todos los habitantes de la tierra;'

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

En aquellos tiempos no había paz para el que salía ni para el que entraba, sino que todos los habitantes de las tierras sufrían grandes quebrantos.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

En ese tiempo no habrá paz para nadie, porque grandes tribulaciones pesarán sobre todos los habitantes de los diversos países.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

En aquellos tiempos no había paz, ni para el que entraba ni para el que salía, sino muchas aflicciones sobre todos los habitantes de las tierras.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



2 Crónicas 15:5
7 Tagairtí Cros  

Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.


Porque antes de aquellos días, no había alquiler para el hombre, ni había alquiler para la bestia; ni tampoco había paz, a causa del adversario, para quien salía o entraba; pues que yo puse a todos los hombres cada cual contra su prójimo.


¶Y habrá señales en el sol, y en la luna, y en las estrellas; y sobre la tierra angustia de naciones, en perplejidad, a causa de los bramidos del mar y la agitación de las ondas;


Maldito serás en tu entrada, y maldito serás en tu salida.


En los días de Samgar hijo de Anat, en los días de Jael, estuvieron desiertos los caminos; los viandantes por veredas torcidas caminaron.


Y los hombres de Israel se vieron en apuro; porque el pueblo estaba agobiado de terror, en grado que se escondía el pueblo en cuevas, y en espinares, y entre peñascos, y en lugares fuertes, y en cisternas.