Y dióse prisa José, porque se le encendían las entrañas a causa de su hermano; y buscó lugar donde llorar; y entró en su aposento, y lloró allí.
2 Corintios 7:15 - Biblia Version Moderna (1929) Y su entrañable amor es todavía más abundante para con vosotros, al acordarse de la obediencia de todos vosotros, y de cómo le recibisteis con temor y temblor. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y su cariño para con vosotros es aun más abundante, cuando se acuerda de la obediencia de todos vosotros, de cómo lo recibisteis con temor y temblor. Biblia Nueva Traducción Viviente Ahora él se preocupa por ustedes más que nunca cuando recuerda cómo todos lo obedecieron y cómo lo recibieron con tanto temor y profundo respeto. Biblia Católica (Latinoamericana) El ahora, al recordar la obediencia de todos y el respeto lleno de humildad con que lo recibieron, siente mucho más cariño por ustedes. La Biblia Textual 3a Edicion Y su sentimiento respecto a vosotros es tanto mejor cuando recuerda la obediencia de todos vosotros, de cómo lo recibisteis con temor y temblor. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y su afecto entrañable hacia vosotros se ha redoblado al recordar la solicitud de todos vosotros: de cómo lo recibisteis con reverencial deferencia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y su entrañable afecto es más abundante para con vosotros, cuando se acuerda de la obediencia de todos vosotros, de cómo lo recibisteis con temor y temblor. |
Y dióse prisa José, porque se le encendían las entrañas a causa de su hermano; y buscó lugar donde llorar; y entró en su aposento, y lloró allí.
En esto la mujer cuyo era el niño vivo, habló al rey, (porque ardían sus entrañas a causa de su hijo), y dijo: ¡Óyeme, señor mío! ¡Dadle a ella el niño vivo, y de ninguna manera le matéis! en tanto que aquella decía: ¡No ha de ser ni mío ni tuyo; sino partidle!
¶En efecto, todos los hombres de Judá y de Benjamín se congregaron en Jerusalem dentro de los tres días; era el mes nono, el veinte del mes; y sentóse todo el pueblo en la plaza de la Casa de Dios, temblando con motivo de este asunto, y a causa de las lluvias.
También se juntaron conmigo todos los que temblaron por las palabras del Dios de Israel, a causa de la prevaricación de los del cautiverio; y quedé sentado atónito hasta la ofrenda de la tarde.
Que yo mismo cuando lo recapacito, me confundo, y un estremecimiento se apodera de mis huesos.
Mi carne se estremece por temor de ti, y ante tus juicios me lleno de pavor. AYIN
Mi amado metió la mano por el agujero de la puerta, y mis entrañas se conmovieron por él.
Porque en cuanto a todas estas cosas, mi mano las hizo, y así existen todas estas cosas, dice Jehová: a este hombre empero miraré, a saber, al que es humilde y contrito de espíritu, y que tiembla ante mi palabra.
CUANDO Efraim hablaba, todos temblaban; tanto fué ensalzado en Israel; pero ofendió en cuanto a Baal, y murió.
La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora: mas cuando ha dado a luz la criatura, ya no se acuerda más de la angustia, por el gozo de que un ser humano haya nacido en el mundo.
Él entonces pidió luz, y saltó dentro; y temblando de temor, cayo ante Pablo y Silas;
Y estuve entre vosotros, con debilidad, y con temor, y con mucho temblor.
Pues por esto también escribí, para conocer la prueba de vosotros, si sois obedientes en todo.
No tenéis un lugar estrecho en nuestro corazón; es en vuestros afectos donde no hay lugar para mí.
¶Siervos, sed obedientes a los que, según la carne, son vuestros amos, con temor y temblor, en sencillez de vuestro corazón, como a Cristo:
Porque testigo me es Dios de cuan ardiente afecto os tengo a todos vosotros en el entrañable amor de Cristo Jesús.
¶De manera que, amados míos, conforme habéis obedecido siempre, no sólo como en mi presencia, sino antes mucho más ahora en mi ausencia, llevad a cabo la obra de vuestra misma salvación, con temor y temblor;
¶Revestíos pues, como los escogidos de Dios, santos y amados, de tierna compasión, de benignidad, de humildad de ánimo, de mansedumbre, de longanimidad;
Y si alguno no obedeciere nuestra palabra, comunicada por medio de esta epístola, notad al tal, para que no os acompañéis con él, a fin de que se avergüence.
Pero aquel que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano padecer necesidad, y cierra contra él sus entrañas de conmiseración, ¿cómo podrá habitar el amor de Dios en él?