2 Corintios 5:20 - Biblia Version Moderna (1929) ¶Nosotros pues somos embajadores de parte de Cristo, como si Dios os rogara por medio de nosotros: ¡os rogamos, por parte de Cristo, que os reconciliéis con Dios! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: «¡Vuelvan a Dios!». Biblia Católica (Latinoamericana) Nos presentamos, pues, como embajadores de Cristo, como si Dios mismo les exhortara por nuestra boca. En nombre de Cristo les rogamos: ¡déjense reconciliar con Dios! La Biblia Textual 3a Edicion Así que, somos embajadores en nombre del Mesías, como si Dios rogara por medio de nosotros: °¡Rogamos en nombre del Mesías, reconciliaos con Dios! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hacemos, pues, de embajadores en nombre de Cristo y es Dios el que por medio de nosotros os exhorta: 'En nombre de Cristo os lo pedimos: dejaos reconciliar con Dios'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así que, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. |
Y Jehová había testificado contra Israel y contra Judá, por medio de todos sus profetas y de todos los videntes, diciendo: ¡Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis estatutos, conforme a toda la ley que yo prescribí a vuestros padres, y que os he enviado por medio de mis siervos los profetas.
Por lo cual Jehová, el Dios de sus padres, envióles amonestaciones por mano de sus mensajeros, madrugando para enviárselas; porque tuvo compasión de su pueblo y de su morada.
Asimismo protestaste contra ellos para hacerlos volver a tu ley; pero ellos se portaron insolentemente, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus preceptos; en los cuales vivirá el hombre que los hiciere: y se negaron a llevar tu yugo, y endurecieron su cerviz, y no quisieron escuchar.
Traba amistad con él, te lo ruego, y está en paz con él; que por ello te vendrá el bien.
Si hubiere entonces junto a él un mensajero, algún intérprete, uno escogido de entre mil, para hacer presente al hombre lo que es de su deber;
Heme aquí a mí, conforme a tu pedimento, en lugar de Dios; yo también soy labrado de barro.
El mensajero infiel cae en desgracia; mas el enviado fiel acarrea salud.
a menos que echen mano esos enemigos de mi fortaleza, y hagan paz conmigo. ¡Sí, que hagan paz conmigo!
A lo cual Jeremías respondió: No te entregarán. Obedece, te lo ruego, a la voz de Jehová, respecto de lo que te digo, para que te vaya bien y para que viva tu alma.
Y yo os envié todos mis siervos los profetas, madrugando y enviando, para decir: ¡Oh no hagáis esta cosa abominable que yo aborrezco!
Porque los labios del sacerdote han de guardar la ciencia, y de sus labios los hombres deben buscar la ley; porque mensajero es de Jehová de los Ejércitos.
El que oye a vosotros, a mí me oye; y el que a vosotros os desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí desecha al que me envió.
Y dijo el señor al siervo: Sal a los caminos, y a los vallados, y a cuantos hallares fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa.
Jesús, pues, les dijo otra vez: Paz a vosotros. Así como el Padre me envió a mí, yo también os envío a vosotros.
Pues si cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por medio de la muerte de su Hijo, mucho más, siendo reconciliados, seremos salvados por su vida:
Por lo cual yo hallo satisfacción en las flaquezas, en los ultrajes, en las necesidades, en las persecuciones, en las angustias, que sufro por causa de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
el cual también nos ha hecho suficientes para ser ministros del nuevo pacto; no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu da vida.
¶Conociendo pues el temor que al Señor se le debe, persuadimos a los hombres; pero hemos sido manifestados a Dios, y espero que hemos sido manifestados también a vuestras conciencias.
ASÍ pues, obrando juntamente con él, nosotros también os rogamos que no recibáis la gracia de Dios en vano;
a causa del cual soy un embajador en prisiones; para que en ello yo hable denodadamente, así como debo hablar.
y que por medio de él reconciliase consigo mismo todas las cosas, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de su cruz; por medio de él, digo, ora sean cosas sobre la tierra, ora cosas en el cielo.
Por tanto, el que rechaza mis palabras, no rechaza al hombre, sino a Dios, que os da su Espíritu Santo.