se levantaron todos los hombres valientes, y quitaron el cadáver de Saúl, y los cadáveres de sus hijos, y los llevaron a Jabés; donde los quemaron, y enterraron sus huesos debajo de un roble, en Jabés, y ayunaron siete días.
1 Samuel 31:12 - Biblia Version Moderna (1929) todos los hombres valientes se levantaron y caminaron toda aquella noche, y quitaron el cadáver de Saúl, y los cadáveres de sus hijos, del muro de Betsán; y vinieron a Jabés, y los quemaron allí. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 todos los hombres valientes se levantaron, y anduvieron toda aquella noche, y quitaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet-sán; y viniendo a Jabes, los quemaron allí. Biblia Nueva Traducción Viviente todos los valientes guerreros viajaron toda la noche hasta Bet-sán y bajaron los cuerpos de Saúl y de sus hijos de la muralla. Llevaron los cuerpos a Jabes, donde los incineraron. Biblia Católica (Latinoamericana) los más valientes de entre ellos salieron y caminaron toda la noche. Retiraron de las murallas de Bet-seán los cuerpos de Saúl y de sus hijos, regresaron a Yabés y los quemaron. La Biblia Textual 3a Edicion se levantaron todos los hombres de valor y anduvieron toda aquella noche, y bajaron el cadáver de Saúl y los cadáveres de sus hijos del muro de Bet-sán, y fueron a Jabes y los quemaron allí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y los más valientes de entre ellos se pusieron en marcha, caminaron durante toda la noche y, tomando el cadáver de Saúl y los de sus hijos de los muros de Betsán, los llevaron a Yabés, donde los quemaron. Biblia Reina Valera Gómez (2023) todos los hombres valientes se levantaron, y anduvieron toda aquella noche, y quitaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet-seán; y viniendo a Jabes, los quemaron allí. |
se levantaron todos los hombres valientes, y quitaron el cadáver de Saúl, y los cadáveres de sus hijos, y los llevaron a Jabés; donde los quemaron, y enterraron sus huesos debajo de un roble, en Jabés, y ayunaron siete días.
y le sepultaron en una de sus propias sepulturas, que él había hecho labrar para sí en la ciudad de David; y le acostaron en una cama que estaba llena de especias aromáticas, y de diferentes géneros de ungüentos confeccionados por obra de los perfumistas; e hicieron por él una quema muy imponente.
en paz morirás; y según quemaron aromas por tus padres, los reyes anteriores que había antes de ti, así por ti las quemarán; y lamentarán por ti, diciendo: ¡Ay señor! porque yo he hablado la palabra, dice Jehová.
Y al muerto le alzará su tío (el cual le habrá de quemar), para sacar de la casa los huesos descarnados; y dirá al postrero, que estará en lo más interior de la casa: ¿Hay acaso contigo otro cadáver todavía? A lo que dirá éste: No hay más . . . Luego aquél le responderá: ¡Cállate! porque no hemos de mentar el nombre de Jehová.
Y pusieron sus armas en la casa de Astarot, mas su cadáver lo enclavaron en el muro de Betsán.