Dijo también: ¿Quién hubiera dicho a Abraham que Sara amamantaría hijos? pues que le he parido un hijo en su vejez.
1 Reyes 3:21 - Biblia Version Moderna (1929) Y cuando me levanté por la mañana a dar el pecho a mi hijo, ¡he aquí que estaba muerto! Mas cuando yo le consideré bien, por la mañana, he aquí que no era mi hijo que yo había dado a luz. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y cuando yo me levanté de madrugada para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; pero lo observé por la mañana, y vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz. Biblia Nueva Traducción Viviente A la mañana siguiente, cuando quise amamantar a mi hijo, ¡el bebé estaba muerto! Pero cuando lo observé más de cerca, a la luz del día, me di cuenta de que no era mi hijo». Biblia Católica (Latinoamericana) Por la mañana, cuando me levanté para dar de mamar a mi hijo, vi que estaba muerto, pero al mirarlo con más atención, me di cuenta de que no era el hijo que había dado a luz'. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando me levanté por la mañana para amamantar a mi hijo, ¡he aquí estaba muerto! Pero por la mañana lo observé bien, ¡y he aquí no era mi hijo, el que yo había parido! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando me levanté por la mañana para dar el pecho a mi hijo, vi que estaba muerto, pero después, a la luz del día, lo miré atentamente y vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando yo me levanté por la mañana para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; mas lo observé por la mañana, y vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz. |
Dijo también: ¿Quién hubiera dicho a Abraham que Sara amamantaría hijos? pues que le he parido un hijo en su vejez.
Por lo cual se levantó ella a media noche, y quitó mi niño de junto a mi lado, estando dormida tu sierva, y se le puso en su mismo seno, en tanto que a su hijo muerto le puso en mi seno.
A lo que respondió la otra mujer: ¡No, sino que mi hijo es el vivo, y tu hijo el muerto! mientras que aquélla decía: ¡No, sino que tu hijo es el muerto, y mi hijo el vivo! De esta suerte, pues, altercaban ellas delante del rey.
Y le respondió Elcana su marido: Haz lo que bien te pareciere; quédate hasta que le hayas destetado; con tal que cumpla Jehová su promesa. Se quedó pues la mujer, y crió a su hijo hasta que le hubo destetado.