y haced que se sienten dos hombres, hijos de Belial, enfrente de él, y testifiquen ellos contra él, diciendo: ¡Tú has renegado de Dios y del rey! Luego sacadle, y apedreadle, para que muera.
1 Reyes 21:11 - Biblia Version Moderna (1929) Y los hombres de su ciudad, los ancianos y los nobles que habitaban en su ciudad, hicieron según lo que Jezabel les había enviado a decir, conforme a lo escrito en las cartas que ella les había remitido: Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y los de su ciudad, los ancianos y los principales que moraban en su ciudad, hicieron como Jezabel les mandó, conforme a lo escrito en las cartas que ella les había enviado. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que los ancianos y los demás líderes de la ciudad siguieron las instrucciones que Jezabel había escrito en las cartas. Biblia Católica (Latinoamericana) La gente de la ciudad, los ancianos y los jefes que vivían con Nabot, hicieron lo que Jezabel les ordenaba en la carta que les había enviado. La Biblia Textual 3a Edicion Y los hombres de la ciudad, es decir, los ancianos y los principales que vivían en su ciudad, hicieron tal como Jezabel les ordenó, conforme a lo escrito en las cartas que ella les había enviado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los hombres de la ciudad, los ancianos y nobles que residían en ella, hicieron lo que les había mandado Jezabel, conforme a lo que estaba escrito en las cartas que ella les había enviado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los de su ciudad, los ancianos y los principales que moraban en su ciudad, hicieron como Jezabel les mandó, conforme a lo escrito en las cartas que ella les había enviado. |
y haced que se sienten dos hombres, hijos de Belial, enfrente de él, y testifiquen ellos contra él, diciendo: ¡Tú has renegado de Dios y del rey! Luego sacadle, y apedreadle, para que muera.
pues proclamaron un ayuno, y pusieron a Nabot entre los principales del pueblo;
Y ellos conspiraron contra él, y le mataron a pedradas, por mandato del rey, en el atrio de la Casa de Jehová.
Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que dejaron vivir a los niños.
Y aconteció que por cuanto temieron las parteras a Dios, él les hizo casas.
Cuando un gobernante atiende a las palabras mentirosas, todos sus servidores vienen a ser inicuos.
Muchos buscan el favor de un príncipe; pero es de Jehová el juicio del hombre.
Por tanto la rectitud se ha vuelto hacia atrás, y la justicia se mantiene a lo lejos; por cuanto la verdad está caída en la calle, y la rectitud no puede entrar.
Efraim está oprimido; quebrantado está con castigo, por cuanto anduvo de buena gana tras el mandato del rey.
¶No hagas injusticia en el juicio; ni aceptarás la persona del pobre, ni honrarás la cara del grande: con justicia juzgarás a tu prójimo.
Porque son guardados los estatutos de Omri, y todas las obras de la casa de Acab; y andáis en los consejos de ellos, a fin de que yo te haga una desolación, y a los habitantes de ella un silbido; y llevaréis vosotros el oprobio de mi pueblo.
Pero habiendo sido avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
¶Entonces Herodes, viéndose burlado por los magos, enfurecióse sobremanera; y enviando soldados, mató a todos los niños varones que había en Bet-lehem, y en todos sus términos, de dos años abajo, de arreglo con el tiempo que con particularidad había averiguado de los magos.
Pedro y Juan empero respondieron y les dijeron: ¡Juzgad vosotros si es justo delante de Dios escucharos a vosotros más bien que a Dios!
Mas Pedro y los otros apóstoles les respondieron, diciendo: ¡Es menester obedecer a Dios más bien que a los hombres!
Entonces dijo el rey a los guardas que estaban al rededor de él: ¡Volveos y matad a los sacerdotes de Jehová! porque su mano también es con David; y porque sabían que él huía, y no me lo denunciaron. Mas no quisieron los siervos del rey extender la mano para acometer a los sacerdotes de Jehová.
Ahora pues conforme a todo el deseo de tu alma, oh rey, desciende presto, y de nuestra parte será entregarle en manos del rey.