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1 Corintios 4:15 - Biblia Version Moderna (1929)

Pues aunque tuvierais diez mil ayos en Cristo, sin embargo no tenéis muchos padres; porque en Cristo Jesús, por medio del evangelio yo os engendré.

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Biblia Reina Valera 1960

Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pues, aunque tuvieran diez mil maestros que les enseñaran acerca de Cristo, tienen solo un padre espiritual. Pues me convertí en su padre en Cristo Jesús cuando les prediqué la Buena Noticia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pues aunque tuvieran diez mil monitores de vida cristiana, no pueden tener muchos padres, y he sido yo quien les transmitió la vida en Cristo Jesús por medio del Evangelio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Porque aunque tengáis diez mil pedagogos en el Mesías, no tenéis° muchos padres; porque en Jesús el Mesías, yo os engendré por medio del evangelio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pues aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, padres no tenéis muchos: porque yo os engendré en Cristo Jesús por el Evangelio.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tenéis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio.

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1 Corintios 4:15
25 Tagairtí Cros  

¿Acaso he concebido yo a todo este pueblo, y le he dado yo a luz, para que tú me digas: Llévalos en tu seno, como suele llevar la nodriza al niño de pecho, a la tierra que prometí con juramento a sus padres?


pero teniendo ambición de predicar de este modo la buena nueva, no donde ha sido nombrado Cristo, para que no edifique sobre cimiento de otro;


Mas de él procede el que seáis vosotros en Cristo Jesús; el cual por parte de Dios nos ha sido hecho sabiduría, y justicia, y santificación, y redención;


OS hago saber de nuevo, hermanos, el evangelio que os prediqué, el cual también vosotros recibisteis, en el cual también estáis firmes,


Según la gracia de Dios que me ha sido dada, como arquitecto sabio, yo eché el cimiento, y otro edifica sobre él: pero mire cada uno cómo edifica sobre él.


Yo planté, Apolos regó, pero Dios dió el aumento.


El que planta y el que riega son una misma cosa; mas cada cual recibirá su propio galardón, conforme a su mismo trabajo.


Si otros tienen este derecho sobre vosotros, ¿no lo tenemos mucho más nosotros?  Sin embargo, no hemos usado de este derecho; antes bien, todo lo sufrimos, por no poner estorbo alguno al evangelio de Cristo.


Así también ha ordenado el Señor, que los que predican el evangelio, vivan del evangelio.


Pues aunque predico el evangelio, nada tengo de qué gloriarme; porque necesidad me está impuesta; pues ¡ay de mí! si no predicare el evangelio.


¿Cuál es pues mi galardón? Esto, que predicando el evangelio, pongo el evangelio de Cristo sin cargo, de modo que no use hasta lo sumo de mi derecho en el evangelio.


Y lo hago todo a causa del evangelio, para que, con los demás, yo también sea partícipe en él.


Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús, el Señor, y a nosotros, como siervos vuestros, por amor de Jesús.


De manera que la Ley ha sido nuestro ayo, para traernos a Cristo, a fin de que seamos justificados por la fe.


Mas habiendo venido la fe, ya no estamos bajo el ayo:


Hijitos míos, por quienes estoy otra vez en dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros,


Porque vendrá tiempo en que no sufrirán la enseñanza sana; sino que, teniendo comezón en las orejas, amontonarán para sí maestros, conforme a sus propias concupiscencias;


a Tito, verdadero hijo mío, conforme a nuestra común fe: Gracia y paz de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Salvador.


yo Pablo lo he escrito con mi propia mano; yo te lo volveré a pagar: por no decirte que tú, además de esto, a ti mismo te me debes a mí.


De su propia voluntad él nos engendró, con la palabra de verdad, para que seamos nosotros, en cierto sentido, las primicias de sus criaturas.


habiendo sido reengendrados, no de simiente corruptible, sino incorruptible, por medio de la palabra de Dios, la cual vive y permanece para siempre.