El que oye a vosotros, a mí me oye; y el que a vosotros os desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí desecha al que me envió.
1 Corintios 16:11 - Biblia Version Moderna (1929) nadie pues le desprecie; mas encaminadle en paz, para que venga a mí; porque le espero con los hermanos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Por tanto, nadie le tenga en poco, sino encaminadle en paz, para que venga a mí, porque le espero con los hermanos. Biblia Nueva Traducción Viviente No permitan que nadie lo trate con desprecio. Despídanlo con su bendición cuando regrese para estar conmigo. Espero que venga, junto con los demás creyentes. Biblia Católica (Latinoamericana) Que nadie, pues, lo menosprecie y que pueda regresar contento a mí. Yo lo estoy esperando con los hermanos. La Biblia Textual 3a Edicion Por tanto, nadie lo desprecie, al contrario, encaminadlo en paz, para que venga a mí, porque lo espero con los hermanos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Así, pues, que nadie lo tenga en menos. Encaminadlo en paz, para que regrese a mi lado, ya que lo estoy esperando con los hermanos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por tanto, nadie le tenga en poco; sino encaminadle en paz, para que venga a mí; porque le espero con los hermanos. |
El que oye a vosotros, a mí me oye; y el que a vosotros os desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí desecha al que me envió.
Ellos pues, siendo encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria, declarando la conversión de los gentiles: y causaban grande gozo a todos los hermanos.
Y habiéndose quedado algún tiempo, fueron despachados en paz por los hermanos, para volver a los que los habían enviado.
¶Y si viniere Timoteo, ved que esté con vosotros sin recelo; porque él hace la obra del Señor, así como yo:
y puede ser que permanezca con vosotros, y aun que pase con vosotros el invierno; para que me encaminéis a dondequiera que hubiere de ir.
y pasar por vosotros a Macedonia, y otra vez venir desde Macedonia a vosotros, y ser por vosotros encaminado para Judea.
Por tanto, el que rechaza mis palabras, no rechaza al hombre, sino a Dios, que os da su Espíritu Santo.
Nadie tenga en poco tu juventud; al contrario, sé tú el dechado de los creyentes en palabra, en manera de vivir, en amor, en fe, en pureza.
Estas cosas habla, y exhorta, y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.
los cuales dan testimonio de tu amor en presencia de la iglesia: encaminando a los cuales de un modo digno de Dios, tú harás bien;