El que guarda el mandato no experimentará cosa mala; y el corazón del sabio tiene en cuenta el tiempo y el juicio determinados:
1 Corintios 11:29 - Biblia Version Moderna (1929) porque el que come y bebe indignamente, come y bebe juicio para sí mismo, no haciendo distinción del cuerpo del Señor. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues, si alguno come el pan y bebe de la copa sin honrar el cuerpo de Cristo, come y bebe el juicio de Dios sobre sí mismo. Biblia Católica (Latinoamericana) El que come y bebe indignamente, come y bebe su propia condenación por no reconocer el cuerpo. La Biblia Textual 3a Edicion Porque el que come y bebe° sin distinguir el cuerpo,° juicio come y bebe para sí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque el que come y bebe sin discernir el cuerpo, come y bebe su propia condena. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque el que come y bebe indignamente, come y bebe juicio para sí, no discerniendo el cuerpo del Señor. |
El que guarda el mandato no experimentará cosa mala; y el corazón del sabio tiene en cuenta el tiempo y el juicio determinados:
El Hijo del hombrea venido, que come y bebe, y decís: ¡He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores!
El que resiste pues a la potestad, resiste a la ordenación de Dios; y los que resisten recibirán para sí condenación.
y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed. Esto es mi cuerpo, que por vosotros es partido. Haced esto en memoria de mí.
Por lo cual, aquel que comiere el pan o bebiere la copa del Señor indignamente, será reo respecto del cuerpo y de la sangre del Señor.
Mas examínese a sí mismo cada uno, y así coma del pan, y beba de la copa:
Por esta causa muchos de entre vosotros están débiles y enfermos, y muchos duermen.
Pero el alimento sólido es de los hombres hechos; es decir, de aquéllos que por medio del uso, tienen sus sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal.
NO os hagáis muchos de vosotros maestros, hermanos míos, sabiendo que así recibiremos más riguroso juicio;
¶Pero ante todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por otro juramento alguno; sino que vuestro sí sea sí; y vuestro no, no; para que no caigáis en condenación.