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Salmos 86:2 - Biblia Martin Nieto

guarda mi vida, pues soy tu amigo; tú eres mi Dios, salva a este siervo tuyo que en ti espera;

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Biblia Reina Valera 1960

Guarda mi alma, porque soy piadoso; Salva tú, oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Protégeme, pues estoy dedicado a ti. Sálvame, porque te sirvo y confío en ti; tú eres mi Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

si soy tu fiel, vela por mi vida, salva a tu servidor que en ti confía.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Guarda mi alma, porque soy piadoso, Dios mío, salva a tu siervo que en ti confía.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

consérvame la vida, que yo soy tu allegado, salva, mi Dios, al servidor que en ti confía.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Guarda mi alma, porque soy piadoso: Salva tú, oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía.

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Salmos 86:2
23 Tagairtí Cros  

tuyo soy, sálvame, pues busco tus preceptos;


para que no diga mi enemigo: 'Le he vencido', ni gocen mis opresores al verme ya caído.


por tu amor, aniquila a mis enemigos, destruye a mis opresores, pues yo soy tu siervo.


En el día de mi desgracia me asaltaron, pero el Señor se hizo mi apoyo;


en ti espero, Dios mío, no quede defraudado; que no triunfen de mí mis enemigos.


Al maestro de coro. Salmo de David


Oigo los cuchicheos de la gente -terror por todas partes- , se han puesto de acuerdo contra mí y tratan de matarme.


porque el Señor ama la justicia y no abandona a sus fieles; los malhechores serán para siempre aniquilados y la raza de los criminales será exterminada;


Vosotros, hombres, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor, amaréis vanidad y buscaréis mentira?


'Reunid a mis leales, los que firmaron mi alianza ofreciendo un sacrificio'.


El que quiera ponerse a mi servicio, que me siga, y donde esté yo allí estará también mi servidor. A quien me sirva, mi Padre lo honrará.


Ya no estoy en el mundo; pero ellos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, guarda con tu poder a los que me has confiado, para que sean, como nosotros, una sola cosa.


Así pues, tiene misericordia de quien quiere, y a quien quiere le endurece el corazón.


Él guarda los pasos de sus fieles, mientras que los malvados perecerán en las tinieblas, pues no es por la fuerza como vence el hombre.