David, con todo el ejército que le acompañaba, se puso en marcha y fue a Baalá de Judá para traer de allí el arca de Dios, que lleva el nombre del Señor todopoderoso que se sienta sobre los querubines.
Salmos 80:1 - Biblia Martin Nieto Al maestro de coro. Según 'Lirios son los preceptos'. Salmo de Asaf Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Oh Pastor de Israel, escucha; Tú que pastoreas como a ovejas a José, Que estás entre querubines, resplandece. Biblia Nueva Traducción Viviente Te pido que escuches, oh Pastor de Israel, tú, que guías como a un rebaño a los descendientes de José. Oh Dios, entronizado por encima de los querubines, despliega tu radiante gloria Biblia Católica (Latinoamericana) Escucha, pastor de Israel, que guías a José como un rebaño, tú que te sientas en los querubines La Biblia Textual 3a Edicion Al director del coro. Sobre lirios. Testimonio. Salmo de Asaf. Oh Pastor de Israel, escucha: Tú, que pastoreas a José como un rebaño, Tú, que estás entronizado sobre los querubines: ¡Resplandece! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Del director; con liras de Susa. De Asaf. Salmo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Al Músico principal: sobre Sosanim-edut: Salmo de Asaf Oh Pastor de Israel, escucha: Tú que pastoreas como un rebaño a José, Tú que habitas entre querubines, resplandece. |
David, con todo el ejército que le acompañaba, se puso en marcha y fue a Baalá de Judá para traer de allí el arca de Dios, que lleva el nombre del Señor todopoderoso que se sienta sobre los querubines.
oró así ante él: '¡Señor, Dios de Israel, que estás sentado sobre los querubines! Tú solo eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú has hecho los cielos y la tierra.
¿Acaso vas a mostrarte violento, a despreciar la obra de tus manos y secundar el plan de los inicuos?
Al maestro de coro. Sobre 'los lirios'. Maskil de los hijos de Coré. Canto al amor
Al maestro de coro. Según 'Lirio de la ley'. Poema de David. Para enseñar.
tu camino se abrió a través del mar, tu sendero por las aguas inmensas, y no quedó ni rastro de tus huellas;
a su pueblo sacó como un rebaño, como ovejas por el desierto los guió;
y jamás volveremos a apartarnos de ti; consérvanos la vida e invocaremos tu nombre.
ante Efraín, Benjamín y Manasés; despierta tu poder y ven a socorrernos.
nos has hecho el chismorreo de los vecinos, nuestros enemigos se burlan de nosotros.
El Señor es rey, tiemblen las naciones; se sienta sobre querubines, vacile la tierra.
Como un pastor apacienta su rebaño, en su brazo recoge a los corderos, en su seno los lleva y conduce al reposo a las paridas.
Levántate, resplandece, porque llega tu luz y la gloria del Señor despunta sobre ti,
Ellos se acordaron de los días de antaño, de su siervo Moisés. ¿Dónde está aquel que sacó del mar al pastor de su rebaño? ¿Dónde el que puso dentro de él su santo espíritu?;
En medio de estos cuatro seres se veían como brazos incandescentes a modo de antorchas que se agitaban de acá para allá entre ellos. Resplandecía el fuego, y del fuego se desprendían fulgores.
Después la gloria del Señor se elevó de encima del querubín hacia el umbral del templo, el cual se llenó de la nube, y el atrio quedó inundado del esplendor de la gloria del Señor.
Yo les suscitaré un pastor que las apaciente, mi siervo David. Él las conducirá al pasto y será su pastor.
la gloria del Dios de Israel llegaba a la parte de oriente. Su ruido era como el ruido de una masa de agua, y la tierra resplandecía de gloria.
Ahora, pues, oh Dios nuestro, escucha la oración de tu siervo y sus súplicas y, por amor de ti mismo, haz brillar tu rostro sobre tu desolado santuario.
Dijo: 'El Señor vino del Sinaí, / salió para ellos de Seír, / resplandeció desde la montaña de Farán, / salió para ellos de los campos de Cades, / rayos de luz salían de su diestra.
El Dios de la paz, que por la sangre de la alianza eterna resucitó de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesucristo,
Pues erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras vidas.
Y cuando aparezca el supremo pastor, recibiréis la corona imperecedera de la gloria.
La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que la iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y su lámpara es el cordero.
El pueblo mandó mensajeros a Silo, y se trajo de allí el arca de la alianza del Señor todopoderoso, que se sienta sobre los querubines. Los dos hijos de Elí, Jofní y Fineés, acompañaban el arca.