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Salmos 77:3 - Biblia Martin Nieto

En el día de la angustia acudo al Señor, alzo sin descanso mis manos en la noche y no encuentro consuelo;

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Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Me acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba, y desmayaba mi espíritu. Selah

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pienso en Dios y gimo, abrumado de tanto anhelar su ayuda. Interludio

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Biblia Católica (Latinoamericana)

No me acuerdo de Dios sin que no gima, si medito, una duda acosa mi espíritu.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Me acuerdo de ’Elohim, y me conmuevo, Me lamento, y mi espíritu desmaya. Selah

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

En día de pesares busco yo al Señor: mi mano, por la noche, se tiende sin reposo y mi alma rehúsa consolarse.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Me acordaba de Dios, y me angustiaba: Me quejaba, y se agobiaba mi espíritu. (Selah)

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Salmos 77:3
21 Tagairtí Cros  

Sus hijos y sus hijas fueron todos a consolarle, pero él rechazó todo consuelo y dijo: 'Quiero bajar de luto a la tumba con mi hijo'. Y su padre lo lloró.


¿Es que tienes en poco los consuelos de Dios y una palabra dicha con dulzura?


Porque el terror de Dios me invadiría y ante su majestad no podría resistir.


Pues las flechas del todopoderoso están en mí clavadas; mi espíritu bebe su veneno, y los terrores de Dios me turban.


Por eso no cerraré mi boca, voy a quejarme en la amargura de mi alma.


Mis huesos se quebrantan, mis opresores me insultan, y me repiten a lo largo del día: '¿Dónde está tu Dios?'.


Quiero recordar aquello y desahogar mi alma; cuando entraba en la casa de Dios como en cortejo noble, al son de gritos de alegría y dando gracias entre la multitud en fiesta.


¿Por qué te afliges, alma mía, por qué te quejas? Espera en Dios, que aún he de alabarlo, salud de mi rostro, Dios mío.


invócame cuando estés angustiado; yo te libraré y tú deberás glorificarme'.


Oh Dios, escucha mi grito, atiende mi plegaria.


Ella: n mi lecho, por la noche, busqué al amor de mi vida; lo busqué, pero no lo encontré.


Señor, en la angustia te buscábamos; te hemos invocado mientras tu castigo nos hería.


No me seas causa de terror, tú, mi refugio, en el día de la desgracia.


Me ha quitado la paz del alma, ya no sé qué es la dicha.


¿Por qué el mortal se queja si sigue viviendo de sus pecados?