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Salmos 73:7 - Biblia Martin Nieto

los ojos se les saltan a pesar de estar tan gordos y dejan traslucir la falsedad del corazón;

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Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Los ojos se les saltan de gordura; Logran con creces los antojos del corazón.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

¡Estos gordos ricachones tienen todo lo que su corazón desea!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

transpiran por sus poros la maldad, su corazón desborda de planes ambiciosos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Los ojos se les saltan de gordura, Y logran con creces los antojos del corazón.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

De su grasa transpira la malicia, trasmitiendo su interna presunción.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Sus ojos se les saltan de gordura; logran con creces los antojos del corazón.

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Salmos 73:7
12 Tagairtí Cros  

y le dijo: 'Guarda tu plata, y haz de ese pueblo lo que quieras'.


Porque su rostro estaba cubierto de grosura, cargadas de sebo sus ijadas;


tienen el corazón embrutecido, pero yo me deleito en tu ley;


Han endurecido sus entrañas y sólo saben hablar con arrogancia;


Que tu mano los aparte de la humanidad, fuera del mundo, que sea ésta su suerte en esta vida; cébalos, Señor, con tus reservas, que se hinchen sus hijos y haya sobras para sus pequeños.


Miradlos: éstos son los explotadores, con toda tranquilidad aumentan la fortuna.


Su rostro descarado los delata; como Sodoma descubren sus pecados, no los ocultan. ¡Ay de ellos, que su propia desgracia están fraguando!


gordos y rollizos. Han sobrepasado la medida del mal, no hacen justicia, no respetan el derecho de los huérfanos, ni dictan sentencia en favor de los pobres.


Éste fue el crimen de Sodoma, tu hermana, y de sus hijas: soberbia, gula y pereza; no socorrieron al pobre, al indigente,


En Maón había un hombre que tenía posesiones en el Carmelo. Era un hombre muy rico: tenía tres mil ovejas y mil cabras. Estaba entonces en el Carmelo para el esquileo de sus ovejas.


Cuando Abigaíl llegó a su casa, se encontró a Nabal celebrando un banquete regio. Estaba muy alegre y completamente borracho. Ella no le dijo ni una palabra hasta la mañana siguiente.