Salmos 59:10 - Biblia Martin Nieto Hacia ti miro, oh fuerza mía, pues tú eres, oh Dios, mi fortaleza; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El Dios de mi misericordia irá delante de mí; Dios hará que vea en mis enemigos mi deseo. Biblia Nueva Traducción Viviente En su amor inagotable, mi Dios estará a mi lado y me dejará mirar triunfante a todos mis enemigos. Biblia Católica (Latinoamericana) Si mi Dios viene a mí en su bondad, me hará ver la pérdida de los que me espían. La Biblia Textual 3a Edicion Mi Dios, con su clemencia, acudirá a mi encuentro, ’Elohim hará que impasible vea a mis adversarios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 A ti, mi fortaleza, van mis ojos: pues Dios es mi refugio, Biblia Reina Valera Gómez (2023) El Dios de mi misericordia irá delante de mí: Dios permitirá que yo vea en mis enemigos mi deseo. |
está muy tranquilo y nada teme, terminará por triunfar contra sus opresores.
Todo lo que te pidió le concediste; no le negaste lo que sus labios te pedían.
Con nosotros está el Señor omnipotente, el Dios de Jacob es nuestra fortaleza.
Mas yo, por tu infinita bondad, entro en tu casa, me postro hacia tu templo con toda reverencia.
pues se ha alzado contra mí una gente extraña, unos tiranos me persiguen a muerte, y para ellos Dios no cuenta nada.
que caiga su maldad sobre los que me espían, destrúyelos, Señor, por tu fidelidad.
Piedad, Dios mío, que los hombres me acosan, todo el día me atacan y me oprimen;
Yo, en cambio, cantaré tu poder, aclamaré tu amor por la mañana, pues tú has sido para mí una fortaleza, un refugio en el día de mi angustia.
No guardes contra nosotros culpas de antepasados, que venga rápida tu piedad sobre nosotros, pues estamos en las últimas.
Te bastará abrir los ojos, y verás que los malvados reciben su merecido,
Incluso antes de que llamen yo responderé, y estando aún hablando serán escuchados.
A pesar de todo, yo no te he insistido para que adelantases el desastre; no he deseado el día de la desgracia, tú lo sabes; lo que ha salido de mis labios está ante tu presencia.
Bendito sea Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, padre de las misericordias y de todo consuelo,
Ved, pues, lo que os decimos como palabra del Señor: nosotros, los vivos, los que estamos todavía en tiempo de la venida del Señor, no precederemos a los que murieron.
El Dios de toda gracia que os llamó en Cristo a su eterna gloria, él mismo os perfeccionará después de un breve padecer, os confirmará, os fortalecerá y os consolidará.
Y añadió: '¡Vive el Señor!, que ha de ser él quien le hiera, ya le llegue el día de su muerte y muera, ya baje a la guerra y caiga.