Los hombres de Israel, abandonando a David, se fueron con Bicrí; pero los de Judá siguieron a su rey, desde el Jordán hasta Jerusalén.
Salmos 53:3 - Biblia Martin Nieto El Señor observa desde el cielo a los hombres, para ver si hay alguno cuerdo que busque a Dios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero no, todos se desviaron; todos se corrompieron. No hay ni uno que haga lo bueno, ¡ni uno solo! Biblia Católica (Latinoamericana) Pero todos se han descarriado, y se han corrompido juntos
No queda ni un hombre honrado, ni uno de muestra siquiera. La Biblia Textual 3a Edicion Todos ellos se apartaron, A una se hicieron inútiles, No hay quien haga lo bueno, No hay ni siquiera uno. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dios observa desde el cielo a los hijos de los hombres, para ver si hay quien comprenda, quien pregunte por Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido; no hay quien haga el bien, no hay ni siquiera uno. |
Los hombres de Israel, abandonando a David, se fueron con Bicrí; pero los de Judá siguieron a su rey, desde el Jordán hasta Jerusalén.
¡cuánto menos un ser abominable y corrompido, el hombre, que bebe como agua la iniquidad!
Todos están descarriados, en masa pervertidos, no hay nadie que obre bien, ni uno solo.
Todos nosotros, como ovejas, andábamos errantes; cada cual siguiendo su propio camino. Y el Señor ha hecho recaer sobre él la perversidad de todos nosotros.
No hubo nadie que invocara tu nombre, que despertara para apoyarse en ti, pues tú habías escondido tu rostro de nosotros y nos habías dejado a merced de nuestras iniquidades.
Os rociaré con agua pura y os purificaré de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos.
Todos descarriados, en masa pervertidos, no hay quien haga el bien, ni uno siquiera.
Hermanos míos, ya que tenemos estas promesas, purifiquémonos de todo lo que mancha el cuerpo o el espíritu, perfeccionando nuestra consagración en el temor de Dios.
Si sabéis que él es justo, reconoced también que el que practica la justicia ha nacido de él.
Queridísimo, no imites el mal, sino el bien. El que hace el bien ha nacido de Dios; el que hace el mal, no ha visto a Dios.
Que el pecador continúe pecando, que el inmundo siga en su inmundicia, pero que el justo continúe practicando la justicia y que el santo siga santificándose.