Todo el día tengo ante mí mi afrenta y la vergüenza cubre mi semblante,
Por la voz del que me vitupera y deshonra, Por razón del enemigo y del vengativo.
Lo único que oímos son los insultos de los burlones; lo único que vemos es a nuestros enemigos vengativos.
al oír los insultos y blasfemias, al ver el odio y la venganza.
Por el grito del que me vitupera y me deshonra; Por causa del enemigo y del vengativo.
Todo el día el baldón está ante mí, la vergüenza me cubre todo el rostro,
por la voz del que me injuria y vitupera, por razón del enemigo y del vengativo.
Si soy culpable, ¡desgraciado de mí! Si inocente, no oso levantar la cabeza, saturado de ignominia, ebrio de aflicción.
¿Hasta cuándo, oh Dios, seguirá blasfemando el enemigo?, ¿hasta cuándo seguirá ultrajando el opresor?
Recuérdalo, Señor: el enemigo ha blasfemado contra ti, un pueblo de locos ha ultrajado tu nombre.
clava a nuestros vecinos siete veces en pleno corazón el ultraje que te han hecho a ti, Señor.
¡Oh Dios, Señor nuestro, qué admirable es tu nombre por toda la tierra, tu majestad se asienta encima de los cielos!
Inclina, Señor, tu oído y escucha; abre, Señor, tus ojos y mira; escucha las palabras de Senaquerib, que ha mandado insultar al Dios vivo.