ni os haga confiar en el Señor, diciendo: El Señor nos librará y no entregará esta ciudad en manos del rey de Asiria.
Salmos 42:4 - Biblia Martin Nieto Mis lágrimas son mi pan de día y de noche, y a lo largo del día me repiten: '¿Dónde está tu Dios?'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta. Biblia Nueva Traducción Viviente Se me destroza el corazón al recordar cómo solían ser las cosas: yo caminaba entre la multitud de adoradores, encabezaba una gran procesión hacia la casa de Dios, cantando de alegría y dando gracias en medio del sonido de una gran celebración. Biblia Católica (Latinoamericana) Es un desahogo para mi alma,
acordarme de aquel tiempo,
en que iba con los nobles
hasta la casa de Dios,
entre vivas y cantos de la turba feliz. La Biblia Textual 3a Edicion Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí: De cómo marchaba con la multitud y los conducía hasta la Casa de Dios, Entre voces de júbilo y de acción de gracias de la multitud en fiesta solemne. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Noche y día, mis lágrimas se me han hecho mi pan, pues sin tregua me dicen: '¿Dónde está tu Dios?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Cuando me acuerdo de estas cosas, derramo mi alma dentro de mí: Porque yo fui con la multitud, fui con ellos a la casa de Dios, con voz de alegría y de alabanza, haciendo fiesta la multitud. |
ni os haga confiar en el Señor, diciendo: El Señor nos librará y no entregará esta ciudad en manos del rey de Asiria.
hasta que yo venga a trasladaros a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de mosto, tierra de pan y de viñas, tierra de aceite y de miel. Así viviréis y no moriréis. No hagáis caso de Ezequías, porque os engaña, diciendo: El Señor nos librará.
El veintitrés del séptimo mes Salomón despidió al pueblo, y ellos se fueron a sus casas alegres y contentos por todos los beneficios que el Señor había hecho a David, a Salomón y a su pueblo Israel.
¡Quién me volviera a los meses de antaño, a los días en que Dios me protegía,
Entrad en sus pórticos dándole gracias, alabadlo, bendecid su nombre:
Mi gloria y mi salvación están en Dios, en Dios, mi roca de defensa y mi refugio.
¿Por qué han de decir las naciones: 'Dónde está su Dios'?; que las naciones aprendan ante nuestros ojos que hay una venganza por la muerte de tus siervos.
Les has dado a comer un pan de lágrimas, y a beber lágrimas sin cuento;
Vosotros entonces entonaréis cantares como en una noche de fiesta, con la alegría en el corazón, como la del que anda al son de la flauta camino del monte del Señor, de la roca de Israel.
¡Arriba! Lanza gritos en la noche, a cada relevo de la guardia; derrama, como agua, tu corazón delante del Señor; alza tus manos a él por tus pequeños, que desfallecen de hambre en las esquinas de las calles.
¡Ay, cómo se ha deslucido el oro, se ha alterado el oro tan fino! ¡Están esparcidas las piedras sagradas por las esquinas de todas las calles!
El príncipe irá en medio de ellos; entrará cuando ellos entren y saldrá cuando salgan.
Que entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: 'Perdona a tu pueblo, Señor, y no entregues tu heredad al oprobio, a la burla de las gentes. ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?'.
Abrahán repuso: Hijo, acuérdate que ya recibiste tus bienes durante la vida, y Lázaro, por el contrario, males. Ahora él está aquí consolado, y tú eres atormentado.
En presencia del Señor, tu Dios, en el lugar elegido por él para hacer habitar su nombre, allí te regocijarás tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven en tu ciudad.
Salí llena, y el Señor me devuelve vacía. ¿Por qué llamarme todavía Noemí, si el Señor me ha humillado tanto y el Todopoderoso me ha hecho desgraciada?'.