Tal vez el Señor vea mi aflicción y me devuelva bien en lugar de esta maldición de hoy'.
Salmos 42:3 - Biblia Martin Nieto mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente: ¿cuándo podré ir a ver el rostro del Señor? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? Biblia Nueva Traducción Viviente Día y noche solo me alimento de lágrimas, mientras que mis enemigos se burlan continuamente de mí diciendo: «¿Dónde está ese Dios tuyo?». Biblia Católica (Latinoamericana) Lágrimas son mi pan de noche y día,
cuando oigo que me dicen sin cesar:
'¿Dónde quedó su Dios?' La Biblia Textual 3a Edicion Mis lágrimas fueron mi pan de día y de noche, Mientras todo el día me dicen: ¿Dónde está tu Dios? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mi alma tiene sed del Señor, del Dios vivo. ¿Cuándo podré llegar y ver la faz de Dios? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? |
Tal vez el Señor vea mi aflicción y me devuelva bien en lugar de esta maldición de hoy'.
Mis enemigos me ultrajan sin cesar, me maldicen enfurecidos contra mí.
tiendo mis manos hacia ti; sediento estoy de ti como una tierra seca.
todos los que me ven hacen burla de mí, retuercen la boca, menean la cabeza:
Señor, cuán numerosos son mis opresores, cuántos los que se alzan contra mí,
Quiero decir a Dios, mi roca: '¿Por qué me has olvidado? ¿Por qué he de andar triste, bajo la opresión de mi enemigo?'.
Oh Dios, tú eres mi Dios; desde el amanecer ya te estoy buscando, mi alma tiene sed de ti, en pos de ti mi ser entero desfallece cual tierra de secano árida y falta de agua.
¿Por qué han de decir las naciones: 'Dónde está su Dios'?; que las naciones aprendan ante nuestros ojos que hay una venganza por la muerte de tus siervos.
clava a nuestros vecinos siete veces en pleno corazón el ultraje que te han hecho a ti, Señor.
¿Hasta cuándo, Señor, Dios todopoderoso, te indignarás contra las oraciones de tu pueblo?
Mi alma suspira y desfallece por los atrios del Señor, mi corazón y mi carne se entusiasman en busca del Dios vivo.
Que entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: 'Perdona a tu pueblo, Señor, y no entregues tu heredad al oprobio, a la burla de las gentes. ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?'.
Vendrá entonces mi enemiga, cubierta de vergüenza; ella que me decía: '¿Dónde está el Señor, tu Dios?'. Mis ojos se saciarán de mirarla cuando sea pisoteada como el lodo de las calles.
Porque de todo ser viviente, ¿quién hay como nosotros que haya oído la voz del Dios vivo hablar de en medio del fuego y haya quedado con vida?