Mis enemigos me ultrajan sin cesar, me maldicen enfurecidos contra mí.
Salmos 42:11 - Biblia Martin Nieto Mis huesos se quebrantan, mis opresores me insultan, y me repiten a lo largo del día: '¿Dónde está tu Dios?'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. Biblia Nueva Traducción Viviente ¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios! Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Qué te abate, alma mía,
por qué gimes en mí?
Pon tu confianza en Dios
que aún le cantaré a mi Dios salvador. La Biblia Textual 3a Edicion ¿Por qué te abates alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en ’Elohim, porque aún he de alabarlo: ¡Salvación mía y Dios mío! Biblia Serafín de Ausejo 1975 con quebranto en los huesos?'. El opresor me insulta, diciéndome sin tregua: '¿Dónde está tu Dios?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle; Él es la salud de mi semblante, y mi Dios. |
Mis enemigos me ultrajan sin cesar, me maldicen enfurecidos contra mí.
Quiero recordar aquello y desahogar mi alma; cuando entraba en la casa de Dios como en cortejo noble, al son de gritos de alegría y dando gracias entre la multitud en fiesta.
¿Por qué te afliges, alma mía, por qué te quejas? Espera en Dios, que aún he de alabarlo, salud de mi rostro, Dios mío.
¿Por qué han de decir las naciones: 'Dónde está su Dios'?; que las naciones aprendan ante nuestros ojos que hay una venganza por la muerte de tus siervos.
Sí, yo te devolveré la salud, yo curaré tus heridas -dice el Señor-, porque te han llamado la Abandonada, Sión, de quien nadie se cuida.
Yo les devolveré la salud, los curaré y sanaré y les haré ver abundancia de paz y seguridad.
Que entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: 'Perdona a tu pueblo, Señor, y no entregues tu heredad al oprobio, a la burla de las gentes. ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?'.
Jesús los oyó y dijo: 'No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos.