Me incliné después profundamente y adoré y bendije al Señor, Dios de mi amo Abrahán, que me había guiado por el recto camino para tomar para el hijo de mi amo a la hija de su hermano.
Salmos 32:8 - Biblia Martin Nieto Yo quiero enseñarte, indicarte el camino que tienes que seguir, quiero darte un consejo, quiero mirar por ti. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos. Biblia Nueva Traducción Viviente El Señor dice: «Te guiaré por el mejor sendero para tu vida; te aconsejaré y velaré por ti. Biblia Católica (Latinoamericana) Yo te voy a instruir, te enseñaré el camino,
te cuidaré, seré tu consejero. La Biblia Textual 3a Edicion Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar, Sobre ti fijaré mis ojos, y te aconsejaré. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo voy a hacerte ver, a enseñarte el camino que has de seguir; yo quiero aconsejarte, mis ojos sobre ti. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar: Sobre ti fijaré mis ojos. |
Me incliné después profundamente y adoré y bendije al Señor, Dios de mi amo Abrahán, que me había guiado por el recto camino para tomar para el hijo de mi amo a la hija de su hermano.
escucha tú en el cielo, perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enséñales el buen camino por donde deben andar y manda la lluvia sobre la tierra que le diste en heredad.
Hazme sentir tu amor por la mañana, pues confío en ti; enséñame el camino que tengo que seguir, pues me dirijo a ti;
¿Quién hay que sea fiel al Señor? Él le indica el camino que debe seguir;
Pero el Señor se cuida de sus fieles, de los que confían en su misericordia,
los ricos caen en la miseria y pasan hambre, pero a los que buscan al Señor nada les falta.
Hijo mío, no olvides mi enseñanza, y que tu corazón guarde mis preceptos;
Esto dice el Señor, tu redentor, el Santo de Israel: Yo soy el Señor, tu Dios, el que te enseña lo que te da éxito y te indica el camino que debes seguir.
No padecerán hambre ni sed, no les alcanzará ni el viento árido ni el sol, porque el que se apiada de ellos los guiará y los conducirá a manantiales de agua.
Fuesen dos días, un mes o un año, mientras la nube se posaba sobre la tienda, los israelitas seguían acampados y no se movían; pero cuando se alzaba, partían.
Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy afable y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas.