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Salmos 32:4 - Biblia Martin Nieto

de día y de noche tu mano pesaba sobre mí, mi savia se secaba al ardor del verano.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Día y noche tu mano de disciplina pesaba sobre mí; mi fuerza se evaporó como agua al calor del verano. Interludio

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Tu mano día y noche pesaba sobre mí, mi corazón se transformó en rastrojo en pleno calor del verano.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Porque de día y de noche tu mano se agravaba sobre mí, Hasta que mi vigor se convirtió en sequedades de verano. Selah

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

mientras tuve tu mano pesando día y noche sobre mí, mi humor se consumía en ardores de verano. Selah

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque de día y de noche se agravó tu mano sobre mí; mi verdor se volvió en sequía de verano. (Selah)

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Salmos 32:4
15 Tagairtí Cros  

Defienda él el pleito entre un hombre y Dios como entre un mortal y otro mortal.


Mi piel ennegrecida se me salta, mis huesos queman por la fiebre.


Por eso mi terror no te debe espantar, ni pesará mi mano sobre ti.


Siento que me disuelvo como el agua, todos mis huesos se dislocan, mi corazón se ha vuelto como cera, se me deshace dentro de mi pecho;


Su rostro ahora es más oscuro que negrura, no se les reconoce por las calles; su piel está pegada a los huesos, seca como madera.


Nuestra piel abrasa como un horno, por el ardor del hambre.


¿podríais vosotras esperar a que fuesen mayores? ¿Ibais por eso a dejar de casaros de nuevo? No, hijas mías; me llenaría de pena por vosotras; la mano del Señor pesa sobre mí'.


Entonces convocaron a los jefes filisteos y les dijeron: 'Llevaos de aquí el arca del Dios de Israel; que vuelva a su lugar, para que no nos mate a nosotros y a nuestro pueblo'. Pues había un pánico mortal en toda la ciudad, porque la mano de Dios había descargado allí duramente.


Cuando la llevaron, la mano del Señor descargó sobre la ciudad y hubo en ella gran pánico, pues hirió a las gentes de la ciudad, desde el pequeño hasta el grande, y les salieron tumores.


Fijaos bien: si va por el camino de su territorio hasta Bet Semes, es él quien nos ha hecho tanto mal; si no, sabremos que no ha sido su mano la que nos ha castigado, y que esto ha ocurrido por casualidad'.