Yo me acuesto, me duermo y me despierto: el Señor es mi apoyo.
No temeré a diez millares de gente, Que pusieren sitio contra mí.
No tengo miedo a los diez mil enemigos que me rodean por todas partes.
No le temo al pueblo que me rodea, que por todas partes me amenaza.
No temeré a decenas de millares° de gente Que pongan sitio contra mí.
Yo me acuesto, me duermo y me despierto, y él me responde desde su monte santo.
No temeré de diez millares de pueblos que pusieren sitio contra mí.
El pueblo de Israel fue derrotado por los servidores de David, y aquel día fue grande la derrota: murieron veinte mil hombres.
Se levantan los reyes de la tierra, los príncipes conspiran contra el Señor y su mesías:
aunque vaya por un valle tenebroso, no tengo miedo a nada, porque tú estás conmigo, tu voz y tu cayado me sostienen.
Dios es nuestro refugio y fortaleza, un socorro seguro en momentos de angustia;
Bramaron las naciones, vacilaron los reinos, él levantó su voz y la tierra se deshizo.
Si te sientas, no tendrás temor; si te acuestas, tu sueño será dulce.
Cuando camines, ellos te guiarán; cuando duermas, vigilarán sobre ti, y cuando te despiertes, se entretendrán contigo.
¿Qué más podremos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?