Después de todo esto, la palabra del Señor fue dirigida a Abrán en una visión. Dijo: 'No temas, Abrán, yo soy tu escudo. Tu recompensa será muy grande'.
Salmos 3:4 - Biblia Martin Nieto Mas tú, Señor, eres mi escudo, tú eres mi gloria, tú alzas mi cabeza. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Con mi voz clamé a Jehová, Y él me respondió desde su monte santo. Selah Biblia Nueva Traducción Viviente Clamé al Señor, y él me respondió desde su monte santo. Interludio Biblia Católica (Latinoamericana) Tan pronto como llamo al Señor,
me responde desde su monte santo. La Biblia Textual 3a Edicion Con mi voz clamé a YHVH, Y Él me respondió desde su Santo Monte. Selah Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero tú, Señor, eres mi escudo, mi honor y el que levanta mi cabeza. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Con mi voz clamé a Jehová, y Él me respondió desde su monte santo. (Selah) |
Después de todo esto, la palabra del Señor fue dirigida a Abrán en una visión. Dijo: 'No temas, Abrán, yo soy tu escudo. Tu recompensa será muy grande'.
Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza, mi roca, mi fortaleza, mi libertador, mi Dios, mi roca donde yo me refugio, mi escudo protector, mi salvación, mi asilo.
así mi cabeza dominará a los enemigos que me cercan, en su tienda podré ofrecer sacrificios entre aclamaciones, cantando y ensalzando al Señor.
El Señor es mi fortaleza, él es mi escudo; mi corazón confió en él, y él me socorrió; me alegro de todo corazón y le doy gracias cantando.
alabad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos su nombre todos juntos.
Los que miran hacia él quedan radiantes y su rostro no se sonroja más.
Envía tu luz y tu verdad; ellas me guiarán, me conducirán a tu montaña santa, a tus moradas.
invócame cuando estés angustiado; yo te libraré y tú deberás glorificarme'.
Mi gloria y mi salvación están en Dios, en Dios, mi roca de defensa y mi refugio.
Dios, el Señor, es un sol y un escudo, el Señor da la gracia y la gloria; no niega bien alguno al que procede rectamente.
si me llama, yo le responderé, estaré con él en la desgracia, lo libraré y lo llenaré de honores;
Alabad al Señor, nuestro Dios, hincaos de rodillas ante su monte santo. El Señor, nuestro Dios, es santo.
Él reserva su auxilio para los hombres rectos, es un escudo para los que proceden con honestidad.
Incluso antes de que llamen yo responderé, y estando aún hablando serán escuchados.
¿Está afligido alguno de vosotros? Que rece. ¿Está alegre? Que cante.