Oh Señor, Señor mío, la fuerza que me salva, tú cubres mi cabeza el día del combate.
Salmos 27:12 - Biblia Martin Nieto no me entregues al capricho de mis perseguidores, pues se han alzado contra mí testigos falsos que respiran violencia. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 No me entregues a la voluntad de mis enemigos; Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad. Biblia Nueva Traducción Viviente No permitas que caiga en sus manos. Pues me acusan de cosas que nunca hice; cada vez que respiran, me amenazan con violencia. Biblia Católica (Latinoamericana) Líbrame del afán de mis contrarios,
pues contra mí se levantan falsos testigos
que lanzan amenazas. La Biblia Textual 3a Edicion No me entregues a la voluntad de mis adversarios, Porque se han levantado contra mí testigos falsos, Y aquellos que respiran violencia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No me entregues al capricho de mi espía: se yerguen contra mí testigos falsos que inspiran violencia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No me entregues a la voluntad de mis enemigos; porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad. |
Oh Señor, Señor mío, la fuerza que me salva, tú cubres mi cabeza el día del combate.
mira a mis enemigos, que son tantos, mira con qué violencia me persiguen.
tu amor ser mi gozo y mi alegría, porque te has fijado en mi miseria y has comprendido la angustia de mi alma;
que no puedan pensar: 'Esto es lo que queríamos', que no puedan decir: 'Nos lo hemos comido'.
Pues tú eres, Señor, en quien espero, tú me responderás, Señor, Dios mío;
Mas tú, Señor, ten piedad de mí; levántame, que yo les daré su merecido.
Dichoso el que se preocupa del débil y del pobre, en el día de la desgracia el Señor lo salvará.
Recorrí las sinagogas y, a fuerza de torturas, los obligaba a renegar. Me ensañé contra ellos de tal modo que los perseguía hasta en las ciudades extranjeras.
Saulo, por su parte, respirando aún amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote
Si un testigo falso se levanta contra un hombre para acusarle de rebelión,
Y ahora, que el rey, mi señor, se digne escuchar las palabras de su siervo: Si es el Señor quien te excita contra mí, que sea aplacado con una ofrenda; pero si son los hombres, malditos sean del Señor, pues me echan hoy para que no participe en la herencia del Señor, diciendo: Vete a servir a dioses extraños.