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Salmos 22:11 - Biblia Martin Nieto

desde antes de nacer a ti me confiaron, desde el vientre de mi madre eres mi Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; Porque no hay quien ayude.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

No te quedes tan lejos de mí, porque se acercan dificultades, y nadie más puede ayudarme.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

No te alejes de mí, que la angustia está cerca, y no hay nadie que pueda ayudarme.

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La Biblia Textual 3a Edicion

No te alejes de mí, porque la angustia está cerca, Porque no hay quien ayude.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

a tu cargo quedé ya desde el seno, desde el vientre materno ya eres mi Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; porque no hay quien ayude.

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Salmos 22:11
18 Tagairtí Cros  

Porque el Señor vio la amarguísima aflicción de Israel, que no quedaba ya esclavo ni libre y que no había quien socorriera a Israel.


¿Por qué te quedas lejos, Señor, y te escondes en los tiempos de la angustia?


Tú lo has visto, Señor, no te calles; Señor, no te alejes de mí;


me devuelven mal por bien, me atacan porque siempre busco el bien.


no retires el rostro de tu siervo, estoy muy angustiado, respóndeme deprisa.


Oh Dios, no te quedes lejos; Dios mío, ven corriendo a socorrerme.


Desde el seno materno me he apoyado en ti, tú eres mi protector desde el vientre de mi madre; en ti he esperado siempre.


él liberará al pobre que suplica, al miserable que no tiene apoyo alguno;


Miré a mi alrededor, y no había ayuda; me sorprendí al no encontrar apoyo. Entonces mi brazo me salvó y mi furor me sostuvo.


Pero todo esto sucede para que se cumpla lo que escribieron los profetas'. Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.


Y él de nuevo lo negó con juramento: 'No conozco a ese hombre'.


Entonces él comenzó a jurar y perjurar: 'No conozco a ese hombre'. Y en aquel instante cantó el gallo.


Pues se acerca la hora, es decir, ya ha llegado, en que os dispersaréis cada uno por su lado y me dejaréis solo; pero yo no estoy solo, pues el Padre está conmigo.


El Señor saldrá en defensa de su pueblo, / tendrá misericordia de sus siervos, / cuando vea que se agotan sus fuerzas / y que no queda entre ellos ni esclavo ni libre.


Él, en los días de su vida mortal, presentó con gran clamor y lágrimas oraciones y súplicas al que podía salvarle de la muerte, y fue escuchado en atención a su obediencia;