Porque el Señor vio la amarguísima aflicción de Israel, que no quedaba ya esclavo ni libre y que no había quien socorriera a Israel.
Salmos 22:11 - Biblia Martin Nieto desde antes de nacer a ti me confiaron, desde el vientre de mi madre eres mi Dios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; Porque no hay quien ayude. Biblia Nueva Traducción Viviente No te quedes tan lejos de mí, porque se acercan dificultades, y nadie más puede ayudarme. Biblia Católica (Latinoamericana) No te alejes de mí, que la angustia está cerca, y no hay nadie que pueda ayudarme. La Biblia Textual 3a Edicion No te alejes de mí, porque la angustia está cerca, Porque no hay quien ayude. Biblia Serafín de Ausejo 1975 a tu cargo quedé ya desde el seno, desde el vientre materno ya eres mi Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; porque no hay quien ayude. |
Porque el Señor vio la amarguísima aflicción de Israel, que no quedaba ya esclavo ni libre y que no había quien socorriera a Israel.
¿Por qué te quedas lejos, Señor, y te escondes en los tiempos de la angustia?
no retires el rostro de tu siervo, estoy muy angustiado, respóndeme deprisa.
Desde el seno materno me he apoyado en ti, tú eres mi protector desde el vientre de mi madre; en ti he esperado siempre.
él liberará al pobre que suplica, al miserable que no tiene apoyo alguno;
Miré a mi alrededor, y no había ayuda; me sorprendí al no encontrar apoyo. Entonces mi brazo me salvó y mi furor me sostuvo.
Pero todo esto sucede para que se cumpla lo que escribieron los profetas'. Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.
Entonces él comenzó a jurar y perjurar: 'No conozco a ese hombre'. Y en aquel instante cantó el gallo.
Pues se acerca la hora, es decir, ya ha llegado, en que os dispersaréis cada uno por su lado y me dejaréis solo; pero yo no estoy solo, pues el Padre está conmigo.
El Señor saldrá en defensa de su pueblo, / tendrá misericordia de sus siervos, / cuando vea que se agotan sus fuerzas / y que no queda entre ellos ni esclavo ni libre.
Él, en los días de su vida mortal, presentó con gran clamor y lágrimas oraciones y súplicas al que podía salvarle de la muerte, y fue escuchado en atención a su obediencia;