Escucha la plegaria que tu siervo y tu pueblo Israel te hagan en este lugar; escúchala desde tu morada en los cielos; escúchalos y perdona.
Salmos 20:6 - Biblia Martin Nieto Entonces celebraremos tu victoria y en nombre de Dios tremolaremos las banderas. Que el Señor te conceda todo lo que pidas. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Ahora conozco que Jehová salva a su ungido; Lo oirá desde sus santos cielos Con la potencia salvadora de su diestra. Biblia Nueva Traducción Viviente Ahora sé que el Señor rescata a su rey ungido. Le responderá desde su santo cielo y lo rescatará con su gran poder. Biblia Católica (Latinoamericana) Ahora sé que el Señor salva a su ungido; le respondió desde su santo cielo y le dio la victoria: su diestra hace proezas. La Biblia Textual 3a Edicion Ahora sé que YHVH salva a su ungido, Le responderá desde sus santos cielos, Con las poderosas acciones de su diestra salvadora. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Nosotros cantaremos en tu triunfo, y en el nombre de Dios alzaremos banderas. Que él satisfaga lo que pides. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ahora entiendo que Jehová guarda a su ungido; lo oirá desde su santo cielo, con la fuerza salvadora de su diestra. |
Escucha la plegaria que tu siervo y tu pueblo Israel te hagan en este lugar; escúchala desde tu morada en los cielos; escúchalos y perdona.
escúchale tú en el cielo, lugar de tu morada, y haz todo lo que ese extranjero te haya pedido, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, te teman, como tu pueblo Israel, y reconozcan que tu nombre es invocado en este templo que he construido.
Despliega tu bondad, tú que salvas de sus opresores a los que buscan refugio en tu derecha;
adiestra mis manos para la lucha y mis brazos para tensar arcos de bronce.
Por eso, Señor, te alabaré entre las naciones, cantaré en honor de tu nombre;
Se levantan los reyes de la tierra, los príncipes conspiran contra el Señor y su mesías:
El Señor es la fuerza de su pueblo, la fortaleza que salva a su mesías.
Mas tú, Señor, ten piedad de mí; levántame, que yo les daré su merecido.
para que pueda cantar tus alabanzas a las puertas de Sión, gozoso porque me has salvado.
Pues esto dice el altísimo, el excelso, el que habita una morada eterna y cuyo nombre es santo: Yo habito en una morada excelsa y santa, pero también estoy con el hombre arrepentido y humilde, para reanimar el espíritu de los humildes, para reconfortar el corazón afligido.
Entonces, si clamas, el Señor responderá a tus gritos; dirá: ¡Aquí estoy! Si apartas el yugo de tu lado, el gesto amenazante y la mala idea,
Mira desde el cielo y contempla, desde tu morada santa y gloriosa. ¿Dónde está tu celo y tu poder, la conmoción de tus entrañas? ¡Ah, no reprimas tu piedad,
Porque todos los pueblos caminan cada uno en nombre de su dios; pero nosotros caminaremos en el nombre del Señor, nuestro Dios, para siempre jamás.
'Vosotros rezad así: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre,
Exaltado, pues, por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre el Espíritu Santo, objeto de la promesa, lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo.
Tenga, pues, todo Israel la certeza de que Dios ha constituido señor y mesías a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado'.
sabed todos vosotros y todo el pueblo de Israel que éste se encuentra sano ante vosotros en virtud del nombre de Jesucristo, el Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y Dios resucitó de entre los muertos.
Dios lo ha ensalzado con su diestra como jefe y salvador para dar a Israel el arrepentimiento y el perdón de los pecados.