Tú, oh Dios, has escuchado mis promesas y me has dado la herencia de los que temen tu nombre.
Salmos 16:6 - Biblia Martin Nieto Me han caído las cuerdas en la tierra más fértil, me encanta la heredad que me ha tocado. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, Y es hermosa la heredad que me ha tocado. Biblia Nueva Traducción Viviente La tierra que me has dado es agradable; ¡qué maravillosa herencia! Biblia Católica (Latinoamericana) Yo bendigo al Señor que me aconseja,
hasta de noche me instruye mi conciencia. La Biblia Textual 3a Edicion Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, Y es hermosa la heredad que me ha tocado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 En delicias me cayeron las medidas y mi herencia me place. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, y es hermosa la heredad que me ha tocado. |
Tú, oh Dios, has escuchado mis promesas y me has dado la herencia de los que temen tu nombre.
echó a las naciones delante de ellos, les repartió la tierra a suertes, estableció en sus tiendas a las tribus de Israel.
Y yo me decía: ¿Te contaré entre mis hijos y te daré un país de delicias, la heredad más preciosa de las naciones? Yo pensaba: Me llamarás padre, y ya no te alejarás de mí.
Pues bien, esto dice el Señor: Tu mujer se prostituirá en la ciudad, tus hijos e hijas caerán a espada, tu tierra será repartida a cordel, tú morirás en tierra impura e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra'.
Jesús le dijo: 'Suéltame, que aún no he subido al Padre; anda y di a mis hermanos que me voy con mi Padre y vuestro Padre, con mi Dios y vuestro Dios'.
Y si somos hijos, somos también herederos: herederos de Dios, coherederos de Cristo; si es que padecemos con él, para ser también glorificados con él.
que ilumine los ojos de vuestro corazón, para que conozcáis cuál es la esperanza de su llamada, cuál la riqueza de la gloria de su herencia otorgada a su pueblo
si sufrimos con él, también reinaremos con él; si le negamos, él nos negará a nosotros;
fijando nuestra mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien, para obtener la gloria que se le proponía, soportó la cruz, aceptando valientemente la ignominia, y está sentado a la diestra del trono de Dios.
Al vencedor lo sentaré conmigo en mi trono, igual que yo, que he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.