Expulsa al insolente y cesará la discordia, litigios e injurias se calmarán.
Salmos 15:3 - Biblia Martin Nieto y no habla mal de nadie con su lengua; el que no hace mal a su hermano ni difama a su vecino, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su prójimo, Ni admite reproche alguno contra su vecino. Biblia Nueva Traducción Viviente Los que no se prestan al chisme ni le hacen daño a su vecino, ni hablan mal de sus amigos. Biblia Católica (Latinoamericana) el que no daña a su hermano
ni al prójimo molesta con agravios;' La Biblia Textual 3a Edicion El que no calumnia con su lengua, Ni hace daño a su prójimo, Ni hace agravio a su conciudadano. Biblia Serafín de Ausejo 1975 que con su lengua no calumnia, que no hace daño a su vecino ni a su prójimo calumnia; Biblia Reina Valera Gómez (2023) El que no calumnia con su lengua, ni hace mal a su prójimo, ni admite reproche contra su prójimo. |
Expulsa al insolente y cesará la discordia, litigios e injurias se calmarán.
La altura de los cielos, la profundidad de la tierra y el corazón de los reyes son cosas insondables.
Feliz el hombre que esto hace y el hijo de Adán que se atiene a ello, que observa el sábado sin profanarlo y guarda sus manos limpias de todo mal.
No andarás difamando a los tuyos ni pondrás en peligro la vida del prójimo con falsas acusaciones: yo, el Señor.
'Por tanto, todo lo que queráis que hagan con vosotros los hombres hacedlo también vosotros con ellos, porque en eso consiste la ley y los profetas'.
calumniadores, aborrecedores de Dios, insolentes, altaneros, soberbios, inventores de maldades, desobedientes a los padres,
No devolváis a nadie mal por mal. Procurad hacer el bien ante todos los hombres.
El que ama no hace mal al prójimo; así que la plenitud de la ley es el amor.
que no hablen mal de nadie, que sean pacíficos, comprensivos y sumamente amables con todo el mundo.
Hermanos, no habléis mal unos de otros. El que habla mal de su hermano o juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga la ley; y si juzgas la ley no eres cumplidor de la ley, sino juez.
Queridísimo, no imites el mal, sino el bien. El que hace el bien ha nacido de Dios; el que hace el mal, no ha visto a Dios.
Hoy mismo has visto con tus propios ojos cómo el Señor te puso en mis manos en la cueva, y no he querido matarte. Te he perdonado, diciéndome: No pondré mi mano sobre mi señor, porque es el ungido del Señor.