Bíobla ar líne

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Salmos 142:4 - Biblia Martin Nieto

Cuando estoy deprimido, tú sabes dónde voy. En mi camino me han escondido un lazo.

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Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer; No tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Busco a alguien que venga a ayudarme, ¡pero a nadie se le ocurre hacerlo! Nadie me ayudará; a nadie le importa un bledo lo que me pasa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Dirige a la derecha tu mirada y ve cómo ninguno me conoce. Lejos de mí está cualquier refugio, nadie se preocupa de mi vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Mira a mi diestra y observa, que no hay quien me reconozca. No tengo refugio ni hay quien pregunte por mí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Aun si el ánimo me falta, tú conoces mi senda. En el camino por donde voy me tienden ocultas trampas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Miré a mi mano derecha, y observé; mas no había quien me conociese; no tuve refugio, nadie se interesó por mi alma.

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Salmos 142:4
19 Tagairtí Cros  

En cambio se abatirán los ojos de los malvados, les fallará todo refugio; su esperanza será su postrer aliento.


Porque el Señor cuida el camino de los justos, pero el de los injustos lleva a la ruina.


los orgullosos me ponen trampas, me tienden una red y emplazan cepos a lo largo del camino.


guárdame del lazo que me tienden y de las insidias de los criminales;


Se me apaga el aliento y dentro el corazón se me consume.


mi vida se consume de tristeza, los gemidos acaban con mis años; la miseria acaba con mis fuerzas, mis huesos se consumen.


Tú conoces mi afrenta, mi ignominia y mi vergüenza; todos mis opresores están ante tu vista.


me envuelven como las aguas sin cesar, se aprietan contra mí todos a una.


has descargado tu ira contra mí, me has hundido bajo el peso de tus olas;


¡Óiganse salir gemidos de sus casas cuando, de improviso, mandes tú contra ellos hordas de saqueadores! Pues han cavado una fosa para cazarme y han tendido lazos a mis pies.


No hay ya evasión para los pastores, ni salvación para los mayorales del rebaño.


Sí, yo te devolveré la salud, yo curaré tus heridas -dice el Señor-, porque te han llamado la Abandonada, Sión, de quien nadie se cuida.


En la angustia de mi alma me acordé del Señor, y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo templo.


Pero todo esto sucede para que se cumpla lo que escribieron los profetas'. Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.


En mi primera defensa nadie me ayudó; todos me abandonaron. ¡Que Dios no se lo tenga en cuenta!


David se dijo: 'Cualquier día voy a perecer a manos de Saúl; nada mejor para mí que refugiarme en el país de los filisteos. Así Saúl desistirá de perseguirme en el territorio de Israel y escaparé de su mano'.