A pesar de todo, ahora el Señor nos ha concedido la gracia de dejarnos un resto y de darnos un asilo en su tierra santa. El Señor ha iluminado nuestros ojos y nos ha dado un respiro en medio de nuestra esclavitud.
Salmos 13:4 - Biblia Martin Nieto Mira y escúchame, Señor, Dios mío; ilumina mis ojos, no me duerma en la muerte, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Para que no diga mi enemigo: Lo vencí. Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara. Biblia Nueva Traducción Viviente No permitas que mis enemigos se regodeen diciendo: «¡Lo hemos derrotado!». No dejes que se regodeen en mi caída. Biblia Católica (Latinoamericana) y no diga mi enemigo que acabó conmigo, ni mis adversarios se alegren al verme vacilar. La Biblia Textual 3a Edicion Para que mi enemigo no diga: ¡Lo vencí! Ni mi adversario se alegre cuando sea sacudido. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Observa tú y atiéndeme, Señor, Dios mío; ilumina mis ojos, no me duerma en la muerte; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Para que no diga mi enemigo: Lo he vencido: Mis enemigos se alegrarán, si yo resbalare; |
A pesar de todo, ahora el Señor nos ha concedido la gracia de dejarnos un resto y de darnos un asilo en su tierra santa. El Señor ha iluminado nuestros ojos y nos ha dado un respiro en medio de nuestra esclavitud.
Dice en su corazón: 'Dios se ha olvidado, ha escondido su rostro, nada verá jamás'.
en ti espero, Dios mío, no quede defraudado; que no triunfen de mí mis enemigos.
Que no se rían de mí mis crueles enemigos ni se guiñen el ojo los que me odian sin razón;
que no puedan pensar: 'Esto es lo que queríamos', que no puedan decir: 'Nos lo hemos comido'.
Pues tú eres, Señor, en quien espero, tú me responderás, Señor, Dios mío;
su boca es más dulce que la crema, pero su corazón hace la guerra; sus palabras, más suaves que el aceite, son espadas desnudas.
Que no por siempre estará el pobre en el olvido, no se pierde por siempre la esperanza del mísero.
No se afirma el hombre por la maldad, la raíz de los justos no será arrancada.
Lucharán contra ti, pero no podrán vencerte, porque yo estoy contigo para librarte, dice el Señor'.
Por todo estoy llorando, se derriten en lágrimas mis ojos, porque está lejos de mí el consolador, que me devuelva la vida. Mis hijos están desolados, porque ha triunfado el enemigo.
Lo sabrán los cananeos y todos los habitantes de la región, y se unirán contra nosotros para hacer desaparecer nuestro nombre de la tierra. Y entonces, ¿qué harás tú por tu glorioso nombre?'.