el Señor me ha castigado duramente pero no ha permitido que muera.
Me castigó gravemente JAH, Mas no me entregó a la muerte.
El Señor me castigó severamente, pero no me dejó morir.
El Señor me corrigió mucho, pero no me entregó a la muerte.
Me castigó severamente YH, Pero no me entregó a la Muerte.
El Señor me corrige con dureza, pero no me entrega a la muerte.
Me castigó gravemente Jehová; mas no me entregó a la muerte.
Por eso, no se apartará nunca de tu casa la espada, por haberme despreciado y haber tomado por esposa a la mujer de Urías, el hitita.
Durante el hambre te salvará de la muerte, y en la guerra del golpe de la espada.
Las aguas me envolvían hasta ahogarme, el abismo se cerraba sobre mí, las algas enredaban mi cabeza.
Y si el Señor nos castiga, es para corregirnos y para que no seamos condenados con el mundo.
como desconocidos, aunque conocidos; como moribundos, aunque estamos vivos; como castigados, aunque sin ser condenados a la muerte;