ellos perecerán, pero tú quedarás, todos se desgastarán como la ropa, serán como la muda que se cambia.
Pero tú eres el mismo, Y tus años no se acabarán.
Pero tú siempre eres el mismo; tú vivirás para siempre.
pero tú eres el mismo, tus años no se acaban.
Pero Tú eres el mismo, Y tus años no se acaban.
Ellos perecerán, mientras tú permaneces: todos ellos se gastan como un manto, cual vestido que se muda.
Mas tú eres el mismo, y tus años no tendrán fin.
Sí; tan grande es Dios que no le comprendemos, incontable es la suma de sus años.
Mil años para ti son como el ayer que a pasó, como un turno de la vigilia de la noche.
Pues yo, el Señor, no cambio; y vosotros no dejáis de ser hijos de Jacob.
Jesús les dijo: 'Os aseguro que antes que naciera Abrahán existo yo'.
Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y lo será por siempre.
Todo don excelente y todo don perfecto viene de lo alto, del Padre de las luces, en el que no hay cambio ni sombra de variación.
Yo soy el alfa y la omega, dice el Señor Dios, el que es, el que era y el que viene, el todopoderoso.